El actor Javier Collado protagoniza Calígula , obra que representa su segundo y último pase hoy en el Gran Teatro cacereño. Periodista de carrera e intérprete de ambición, compagina su trayectoria en la actualidad a dos aguas entre la televisión y el teatro.

--¿Qué le atrae de Calígula?

--Es una de las obras más importantes del teatro contemporáneo y he tenido la suerte de que me llamaran para hacer este papel. Es de mis obras favoritas y tener la oportunidad de que te metan en el saco de Luis Merlo o Imanol Arias, que ya lo interpretaron, es emocionante. Además, el personaje fue un neurótico, psicótico, sociópata, psicópata y asesino, lo tiene todo para indagar y profundizar. Es un bombón de personaje.

--¿Representar a un personaje histórico le genera mayor responsabilidad como actor?

--Sí. Siempre que haces un personaje histórico tienes una responsabilidad mayor. Y más en este caso, porque me parece que el personaje tiene una dimensión a la altura de un Hamlet de Shakespeare.

--Regresa por partida doble al Gran Teatro cacereño, ¿qué supone la vuelta a su escenario?

--Representé aquí una obra de Paco Suárez. Llevo bastante tiempo sin volver y tengo muchas ganas porque tengo muy buenos recuerdos de esa tierra.

--Hijo del director de teatro Manuel Collado y de la actriz María José Goyanes. Con una familia tan vinculada al teatro, ¿ya nació queriendo ser actor?

--No lo sé. Lo que si puedo decir es que estaba en las lecturas con Fernando Guillén, Gema Cuervo o Lola Cardona y a veces incluso llegaba a corregirles. Me he criado entre bambalinas, como quién dice. Recuerdo que cuando le dije a mi madre que quería ser actor puso el grito en el cielo, así que decidí hacer periodismo, le entregué el título y le solté, ahora quiero ser actor.

--¿Llegó a ejercer de periodista?

--Sí, hice la última entrevista en vida de Adolfo Marsillach, algún reportaje en la revista Vanidad y firmé alguna foto en Cinemanía. Tuve incluso una duda de si irme de reportero al conflicto de Oriente Medio. Me gustaba mucho el fotoperiodismo.

--El personaje de Héctor en Amar es para siempre, ¿ha supuesto una losa o una puerta en su carrera como actor?

--Ha sido el personaje más importante de toda mi vida. Me ha permitido hacer 1.300 capítulos y crecer como actor y también como persona. Gracias a él he descubierto que puedo hacer teatro y cine.

--¿Y qué prefiere, teatro o cine?

--Soy un animal de teatro. La televisión tiene truco, en cambio, en el teatro no hay trampa ni cartón, es adrenalina pura.

--¿Algún proyecto en mente?

--Cuando acabe Calígula, me pondré a ensayar El beso de la mujer araña , de Manuel Puig, obra dirigida por Natalia Menéndez que interpretaré junto Manuel Fernández. Aborda una trama con dos personajes, uno homosexual y otro político.