Cuando Womad se trasladó al casco histórico él ya estaba allí. Jesús Sansón, antiguo hostelero del Mesón Extremeño, recuerda los inicios y lo que trabajó cuando llegó el festival.

--¿Qué ocurrió al llegar?

--Nadie sabía qué era Womad. Cuando empezó a funcionar fue estupendo porque todo el mundo ganaba dinero.

--¿Cómo lo contempla ahora fuera de la barra?

--Hace cuatro años que dejé el mesón. Es un descanso y ya no me doy esas palizas que, claro, eran rentables para el negocio.

--¿Cuántos litros de cerveza llegó a vender en un festival?

--Incalculables, pero las ventas se podían llegar a triplicar cuando se celebraba Womad.

--¿Qué beben los womeros?

--Sobre todo, el calimocho, esa mezcla de vino tinto y coca-cola, además de los cubalitros. También mucha cerveza, claro.

--¿Qué está antes en el festival? ¿La música o la bebida?

--Una cosa te lleva a la otra. La bebida es una cultura. El ambiente requiere que se beba porque la gente está a gusto.

--¿El casco antiguo es el lugar?

--Donde mejor está es en la plaza Mayor y el casco antiguo. Recuerdo que a Juan Perro le encantó.

--¿Qué hacía para poder disfrutar del festival?

--Me iba a tomar unas cervezas a primera hora para animarme.

--¿Cuál es su repercusión?

--Me consta que muchas ciudades de España quisieran Womad para ellas. Soy de Cáceres y gente de otros sitios me lo ha comentado. Hay que dar facilidades para que continúe.