La estatua del ilustre poeta José María Gabriel y Galán está enclavada en el paseo que Cáceres tiene en los bellos jardines de Cánovas, data de 1925 y fue sufragada por aportaciones voluntarias de los extremeños de aquella época. La esculpió Pérez Comendador y desde aquel lejano año arranca el homenaje literario que, cada 6 de enero, se le viene tributando al poeta, solamente interrumpido durante la guerra civil. Ese día muere el poeta a la temprana edad de 34 años cuando corría el año 1905. Es un acto muy entrañable, libre y no politizado en el que la gente se va apuntado. Se establece un turno y cada cual recita un poema o lo que estime oportuno. Tiene como fin que no nos olvidemos de nuestro poeta, que tanto amó a esta tierra parda extremeña.

El acto está organizado por la prestigiosa Asociación Cultural Amigos de la Estatua de Gabriel y Galán y lo coordina Joaquín García Plata y Quirós con esa pausa y pasma propia de los hombres cultos y versátiles. Con el fin de impulsar el acto y dotarlo de la deseada frescura juvenil, hace ahora diez años instituimos el premio Escolares en los Jardines de Cánovas, premio Gabriel y Galán, para lo cual me puse en contacto con José María Asenjo, director de la Obra Social de Caja Duero en Cáceres. Recuerdo que se emocionó al pedirle su colaboración por lo mucho que este hombre ama a los niños y a nuestra querida ciudad que, como dice, tanto y tanto le ha dado.

A lo largo de estas diez ediciones, querido José María, 38 niñas y 22 niños, hoy algunos ya adultos, tienen colgados en su habitación los diplomas ganadores de este prestigioso certamen literario infantil, amén de los 11.542 poemas recibidos de los escolares extremeños, menores de 16 años, que han participado en este concurso de poesía escolar. La felicidad tiene momentos muy bellos, probablemente uno de ellos sea sentir la emoción del ganador cuando suena el teléfono o cuando el premiado recita su poema ante la estatua, con toda la familia y los medios de comunicación pendientes de él, y ver su poema y su fotografía en los periódicos. Cuánto gozo y dicha familiar.

Los ríos, cuanto más hondos más silenciosos; querido José María, te has jubilado y te has ido en silencio, con hondura y empaque, con la esbeltez del poema, con el perfume de la infancia y el gabán de la cultura; has pasado a formar parte del paisaje de nuestra ciudad, tu ciudad, Cáceres, de la estatua Galaniana y del misterioso goce de los jardines de Cánovas. Las fronteras del paraíso nubean en la sierra de Segura de Toro; aquí, en los dominios del Valle del Ambroz, desde la atalaya de mis sueños, con los reflejos últimos de la garganta ancha, en la sierra que llaman de la Cabrera, en estas tierras en las que cabalgó, amó y se inspiró el otro José María, el de Gabriel y Galán. Los poetas y los niños te deseamos frescura en tu tiempo y el cariño de todos, con los recuerdos, la entereza y la bondad jalonando tus años venideros. "Por ti los niños sueñan con poemas. Por ti los poetas sienten cada seis de enero. Por ti la Caja y el Duero con tus compañeros. Por ti el estadio espera el Cacereño. Por ti, José María,siempre por ti".