NACIO EN CACERES. ESTA CASADO Y TIENE CUATRO HIJAS.

ES LICENCIADO EN DERECHO, FUNCIONARIO DE CARRERA Y HA EJERCIDO LA DOCENCIA.

FUE ALCALDE DE CACERES DESDE 1995 HASTA LAS ULTIMAS ELECCIONES MUNICIPALES DE 2007, EN LAS QUE NO LOGRO LA MAYORIA PARA GOBERNAR.

Alejado de la vida municipal José María Saponi, alcalde de Cáceres durante las últimas tres legislaturas, habla para EL PERIODICO de su paso por el ayuntamiento, de su concepto de la política y de su vida actual. Dice que se ha ido del gobierno con las manos limpias, vacías, con menos salud y con más años. Asegura que nunca volverá al consistorio pero no cierra las puertas a otras ofertas porque, según confiesa, continúa a disposición del Partido Popular.

--¿Eternamente se es alcalde?

--Es un trabajo que imprime carácter y en el que siempre debe primar el aspecto humano.

--¿A qué personas del ayuntamiento echa más de menos?

--A mis colaboradores más cercanos, a los que te aconsejaban, a los que acudías en épocas difíciles o en las de grandes alegrías... recuerdo a todos los equipos con los que he trabajado desde el gobierno o desde la oposición. Tuve una relación muy fluida con Juan Iglesias Marcelo, también con Carlos Sánchez Polo. Destaco a funcionarios que han estado dándolo todo, sin límite, un oficial mayor que falleció: Ramón Pérez, que era muy buena persona y de gran dedicación. También a los concejales que ya no están, que estuvieron hasta última hora conmigo trabajando, como mi primer teniente de alcalde, Valeriano Hornero, que en plena juventud nos dejó; Juan del Pozo; el secretario del grupo: Manuel Sánchez. Y sin desmerecer a nadie, ha habido personas que han estado a mi lado, que han sido mis amigos en la peregrinación municipal, como Teodoro Casado o Agustín García.

--Dicen quienes la han probado que la política es como una droga, que cuando la dejas sufres un mono terrible...

--No, ni droga ni nada. En absoluto. Lo que sí se siente es un gran vacío porque siempre te queda algo en el camino, sobre todo cuando suceden hechos tan poco justificables desde el punto de vista de la ética como el que ha sucedido en Cáceres.

--¿Cuantas veces se ha preguntado, por qué me presenté?

--Muchas, y no he encontrado una respuesta cierta. Creo que fueron las circunstancias. Un amigo, en 1983, me llamó y estuve ahí, sin gran voluntad. También la identificación con unas ideas, primero en Alianza Popular, luego en el PP, desde un área de centro, reformista social. Y después me enamoré de la vida municipal. Pero lo que más me ha hecho estar ahí es el profundo cariño a esta ciudad. Y eso ha tenido un coste importante, de esfuerzo, de salud y desde luego de aislamiento familiar.

--Sea sincero, ¿presionó para que lo llevaran de cabeza de lista o se lo rogaron encarecidamente?

--No presioné, de ninguna manera. Yo creía que había llegado el momento porque físicamente me encontraba en unas condiciones de recuperación, no como hoy, que afortunadamente me encuentro muy bien. Pero a mí me lo pidieron los órganos de mi partido. Al principio, tengo testigos, les dije que no, que creía que debíamos cerrar, que nadie debe ser imprescindible, que tres legislaturas estaban bien. Pero me convencieron. Me dijeron: debes echar una mano. La decisión se tomó a finales de septiembre.

--¿Y cree que su partido ha sido elegante con usted?

--Sí. Totalmente. Siempre he recibido el apoyo de mi partido. Yo en el partido no marco el paso, es un partido democrático en el que cada uno opina. Muchas veces he podido no estar de acuerdo con el partido y algunos de sus miembros no han estado de acuerdo con las cosas que yo he planteado, y eso me parece lógico.

--Ahora, visto con frialdad, ¿se negoció bien la alcaldía?

--Por nuestra parte sí, se hicieron las cosas muy bien. Y aunque es una película pasada para mí y no quiero entrar en detalles, sí creo que se hicieron las negociaciones que había que hacer, se dijo lo que se tenía que decir: gobernemos como ha dicho el pueblo.

--Y usted se va y entonces su partido dice: es hora de la renovación, y pone a Castellano. ¿Y yo me pregunto, si era la hora de la renovación, por qué no se renovó antes de las elecciones?

--La renovación es siempre buena.

--¿Ha sido un buen alcalde?

--Pregúnteselo a la ciudad. Hemos intentado acertar y estoy seguro de que en muchas cosas lo hemos hecho. Pero a eso contestará la historia y la historia pondrá a cada uno en su sitio, sin duda.

--Para el gobierno actual parece que no, al menos cuando recuerda: esto se hizo mal, aquello también, eso otro no se hizo...

--Alguna torpeza está cometiendo este gobierno, tan variopinto y dispar. No voy a hacer ninguna crítica, para eso está el buen equipo en la oposición del Partido Popular. Pero ahí están los hechos. ¿Es esta la ciudad del año 95, es este el ayuntamiento del año 95?

--¿Quiere decir que es como si nadie quiera recordar en el ayuntamiento que Saponi existió?

--Yo podía haber adoptado una postura así por la situación difícil del año 95 y nunca jamás la mantuve. Pero es que 12 años son muchos, es mucho tiempo haciendo cosas.

--Y luego están los llamados arribistas, esos que si usted hubiera ganado le estarían rindiendo pleitesía y ahora le achacan la pérdida del poder, ¿no le parece que la política es lo más ingrato que existe?

--Ganar, gané: las candidaturas que José María Saponi ha encabezado con el PP en Cáceres siempre, absolutamente siempre, han ganado las elecciones. Imagino que se refiere a si me hubiera mantenido como alcalde: entonces le diré que sí, que la política es muy ingrata, pero como todo en la vida porque los seres humanos somos así. El teléfono te suena mucho cuando algo puedes dar y no te suena tanto cuando no los puedes amparar.

--Porque a muchos habrá ayudado desde su sillón...

--He intentado ayudar a muchos, de dentro y de fuera. Y he ayudado todo lo que he podido.

--¿Por qué su grupo municipal perdió tanto tiempo peleando?

--En la última legislatura hubo una crisis importante. Pienso que mi convalecencia produjo una sensación de orfandad, de desconcierto... una desorientación en el equipo y saltó la chispa por donde saltó. Pero creo que esa crisis nada tuvo que ver con lo que ha sucedido ahora.

--¿Es verdad que ustedes se han llevado todos los papeles?

--Todos los papeles están en el ayuntamiento, bajo la tutela del secretario general. Los documentos, todos, absolutamente todos, están en los negociados.

--¿Qué ha hecho por Cáceres?

--Tenía clarísimo que debíamos hacer una ciudad conocida en el mundo, que saliera de su provincianismo, de su caserío, y se lanzara al mundo por la importancia cultural que tenía. Y así lo hicimos. Y sabíamos que no podíamos subir los impuestos de los ciudadanos y no los subimos. Realizamos proyectos contando con la sociedad, con la universidad, con los técnicos, con las instituciones, con las entidades, con los colegios profesionales... En los 12 años de gobierno popular conmigo al frente se han hecho más inversiones que nunca jamás en la historia de esta ciudad sin subir los impuestos.

Pasa a la página siguiente