José Palma, que hace poco menos de dos años perdió una pierna, va en silla de ruedas. Tiene su casa en la calle La Roche sur Yon y, aunque vive en el piso bajo, la escalera de cinco peldaños de acceso a su vivienda es un escollo difícil de salvar, «me he caído ya siete u ocho veces», afirma. Por este motivo, pidió permiso al ayuntamiento para construir una puerta de acceso a su vivienda directamente desde la calle y una rampa para salvar las escaleras.

Tras dieciocho meses de gestiones, ayer recibió al fin el permiso de obras del consistorio. Solicitó poder hacer la obra para mejorar la accesibilidad de su casa pero su petición fue «de un despacho a otro» hasta que, con el tiempo, le denegaron el permiso. El presidente de la comunidad de vecinos donde vive hizo un escrito en apoyo a la solicitud de José Palma y este, a su vez, recurrió al presidente de Aspace, Narciso Martín, que lo publicó en las redes sociales. «Me ha echado mucha mano, le tengo que agradecer mucho a ese hombre», afirma Palma, que está convencido de que también la publicación de su problema por este periódico ha ayudado a la resolución favorable de su solicitud.

Ahora queda iniciar los trabajos. El correrá con la mitad de los gastos de la puerta y la comunidad de vecinos, con la otra mitad, así como con los de la rampa y la mano de obra. José Palma espera no volver a caerse al intentar entrar en su casa.