El joven acusado de agredir y arrebatar el arma a un policía local de Cáceres durante un forcejeo y dispararle con ella aseguró ayer en el juicio que en ningún momento le quitó la pistola al agente y, menos aún, que le disparara. Es la versión que I. C. A. ha mantenido desde que le detuvieron, el 4 de julio del año pasado, y fue también la que dio ayer en la vista oral, celebrada en el Juzgado de lo Penal. Esta se desarrolló durante toda la mañana, pero ante la imposibilidad de concluirla el juez decidió reanudarla el próximo viernes. También el agente mantuvo su versión, asegurando que el acusado le arrebató su pistola, le apuntó a la cara y apretó el gatillo, aunque no se llegó a producir el disparo porque el arma no estaba montada y no había bala en la recámara.

Son versiones enfrentadas, aunque los tres compañeros del policía que ayer declararon en el juicio --la agente que se encontraba con él de patrulla cuando ocurrieron los hechos y los dos que llegaron más tarde para darles apoyo-- corroboraron la versión del agente. Incluso uno de ellos aseguró haberle oido decir a I. C. A., tras su detención, que "lo malo era que no le había matado". Este extremo fue negado con rotundidad por el acusado, que lo único que reconoció, de todos los hechos que se le imputan, fue el robo que perpetró la madrugada del 4 de julio del 2005 en un bar situado en la calle San Pedro de Alcántara, que fue lo que motivó la posterior persecución y el enfrentamiento con los policías.

HECHOS Y PETICIONES Eran aproximadamente las dos de la madrugada cuando el agente presuntamente agredido y su compañera, que se encontraban en la glorieta de Renfe, fueron informados del robo y las características del presunto autor. Poco después, al observar a un joven de características similares que circulaba en un ciclomotor en dirección a Aldea Moret, decidieron seguirle, pero al llegar a dicha barriada y darle el alto, el joven abandonó el ciclomotor y salió huyendo.

Cuando el agente le alcanzó e intentó reducirle se produjo un forcejeo entre ambos, el acusado consiguió zafarse y huir de nuevo, momento en que el policía efectuó un disparo al aire y de forma inmediata salió tras de él. Cuando volvió a alcanzarle, el acusado, según la versión del agente, le mordió y consiguió apoderarse de su arma, le encañonó y disparó, sin que llegara a producirse el disparo. Por su parte, el acusado niega todos los hechos, salvo el robo.

Ayer, en la primera sesión del juicio, declararon el acusado, el agente, sus tres compañeros de la policía local y cuatro testigos protegidos, emplazándose para la mañana del viernes las declaraciones del resto de los testigos y peritos, como los médicos forense y los policía nacionales que instruyeron la causa y les tomaron declaración en la comisaría, así como las exposiciones definitivas de las partes (fiscal, acusación particular y defensa).

Si estos mantienen sus calificaciones provisionales, el fiscal pedirá 4 años de prisión para el acusado --un año y medio por un delito de robo con fuerza en las cosas, un año y medio por un delito de atentado contra los agentes de la autoridad y un año por el de lesiones--; la acusación 13 años, pues además de los delitos que le imputa el fiscal también le acusa de homicidio en grado de tentativa y conducción alcohólica; y la defensa solicitará la absolución.