Juan Carlos Fernández Rincón, Coronel de Infantería en la reserva, presidente del Banco de Alimentos, desde el 2007 vicemayordomo de la Virgen de la Montaña --también lo fue del Cristo de las Batallas--, pertenece a la Fundación Asistencial de las Fuerzas Armadas y a la Asociación Amigos del CIR, escritor y fundador de la Peña Gastronómica el Garbanzo. Casado y con dos hijos, es entregado, muy activo, generoso, solidario, bonachón, grande... muy grande, sobre todo en su interior, con un gran corazón. Una bellísima persona. Da gusto conocer a gente como él, que haga tanto bien por esta ciudad y sus ciudadanos. Un ejemplo a seguir.

--¿Dónde nace Juan Carlos?

--Hijo de militar, nací en Burgos en mayo de 1954. Soy el tercero de 6 hermanos. A los 4 años vine a vivir a Cáceres, me siento cacereño.

--¿Recuerdos de tu infancia?

--Los primeros son en la plaza Mayor, cuando a penas pasaban coches, con la bandeja y sus palmeras, yo vivía en una esquina de la plaza, en el Arco de España. Jugábamos a a los bolindres, las chapas, cambiando los cromos, al rescate... estaba empedrada y pasábamos el día correteando por allí. Estudiaba en el colegio San Antonio y jugaba al baloncesto.

--¿Recuerdos de tu adolescencia y juventud?

--Hasta los 19 años, que me voy a Zaragoza a la academia militar, los recuerdos están vinculados al equipo de baloncesto, una vida muy sana. Casi todos los fines de semana jugábamos partidos y los que teníamos libres íbamos a las discotecas Vols y Faunos. En quinto de Bachillerato me fui al instituto, donde conocí a mi mujer. Al marchar a la academia, mantuvimos la relación por correspondencia. Al terminar bachiller, con una gran tradición familiar, tuve claro que quería ser militar, no me planteaba otra cosa. Terminé la academia, con 24 años. Allí aprendí el significado de la disciplina. Con 25, después de haber estado en Zaragoza y Toledo de teniente, fui destinado a Irún. Recuerdo aquellos años con mucho cariño, no paraba desde las seis de la mañana hasta las diez de la noche. Cuando uno hace lo que le gusta es menos doloroso. Me casé el día de la lotería, un 22 de diciembre de 1979, en la concatedral de Santa María y lo celebramos en el antiguo Hotel Extremadura, en Virgen de Guadalupe. Desde 1981 hasta el 85 me destinaron a Madrid, a la casa de su majestad el rey, como seguridad personal. Los siguientes destinos fueron Málaga y Barcelona, donde también estuve trabajando en la seguridad de los Juegos Olímpicos, una gran experiencia. Después fui a Cádiz y Plasencia hasta volver en el 95 a Cáceres.

--¿Qué te encuentras al regresar?

--Es cuando empiezo a vivir intensamente la vida de Cáceres, cofradías, Virgen de la Montaña, la maravillosa parte antigua... A pasear, estar con la familia... Empecé a leer y a escribir sobre la historia militar, sobre todo de Cáceres. Trabajé en el cuartel Infanta Isabel. Elegí este y no Santa Ana al tener más contacto con la naturaleza.

--¿Un rincón preferido?

El santuario de la Virgen de la Montaña, Cánovas, la parte antigua en todo su conjunto y destaco, por nostalgia, la plaza Mayor.

--¿Cuántas reformas has visto de la plaza Mayor? ¿qué te parece esta última?

--Cuatro, desde que tenía la bandejina hasta la actual. Esta última permite que se llene de gente de todas las edades. Al ser diáfana se pueden hacer cantidad de eventos sin molestar. Es muy práctica.

--Define Cáceres con una palabra.

--Acogedora.

--¿Algún lugar en los alrededores de Cáceres para desconectar y recargar tus pilas?

--La Viñas de la Mata. Es donde más disfruto escribiendo, cocinando para la familia y los amigos, así es como yo desconecto.

--¿Cuáles son tus recetas Extremeñas preferidas?

--Fundé con un amigo la Peña el Garbanzo. Ya somos 16 y nos juntamos una vez al mes para comer en diferentes sitios recetas que como base tienen el garbanzo. Me encantan los churros, creo que conozco todas las churrerías de esta ciudad. Y cualquier receta con bacalao me encanta.

--¿Cómo te definirías?

--Una persona normal que le gusta ayudar a los demás, es muy gratificante. Al que le gusta disfrutar del día a día en Cáceres.

--¿Proyectos más recientes y próximos?

--Escribí con Fernando Jiménez Berrocal un libro benéfico sobre la historia de Eusebio 'el Batería', que me satisfizo muchísimo. Descubrí un personaje muy curioso, tuvimos el apoyo de la diputación y vendimos en una semana 400 ejemplares. Acabo de escribir un libro junto con dos profesoras de la Uex, Teresa Terrón y Pilar Mogollón, la historia del Palacio de Las Cigüeñas, con fotografías de Boni Sánchez. Ahora estoy centrado con los personajes militares vinculados a Cáceres. También colaboro con la Fundación Asistencial de las Fuerzas Armadas y estamos preparando una exposición muy interesante. Además tengo un proyecto con la Asociación de Amigos del CIR. Este año celebraremos el 50 aniversario de la creación del CIR y queremos traer a todo aquel que hizo el servicio militar en estos 50 años. Pero lo más importante para mí es afianzar el Banco de Alimentos, potenciarlo al máximo. Con los años te das cuenta de que hay tiempo para todo. Mi sentido de la vida ya no es ganar dinero, sino disfrutar y ayudar.