El primer arreglo que hizo a un coche fue cambiarle el motor de arranque. Tenía poco más de 13 de años y había aprendido casi a la fuerza. A Juan Vivas, de 58 años, no le gustaba estudiar, por lo que su padre le dio un ultimátum: "Si no quieres estudiar, a trabajar". No le quedó otra salida.

Empezó como empleado en Talleres Díaz aunque, como no tenía conocimientos de mecánica, comenzó haciendo las labores de mozo de almacén. Con el día a día fue adquiriendo nociones del oficio hasta que finalmente se convirtió en mecánico. Trabajó en esta empresa hasta el año 1986, cuando decidió montar su negocio por su cuenta.

Su llegada a San Francisco (Talleres Juan Vivas está ubicado al final de Camino Llano, justo donde comienza la rotonda del puente) no fue casualidad. Le gustaba la zona porque era un sitio de paso de mucha gente y encontró este local abierto. Lo peor para él es la falta de aparcamientos, lo que dificulta mucho, según explica, que sus clientes paren los coches en la puerta del taller.

Por sus manos ha pasado todo tipo de coches, desde Mercedes, los mejores para él, hasta BMW, Seiscientos, 1.400 (el primer coche de Seat) o Renault 4 4. Hace tres años pasaban por su taller cerca de medio centenar de vehículos a la semana, pero esa situación no es la que vive ahora, fruto de la crisis económica: "El negocio ha bajado un 30 o un 40%. El problema es que ahora hay un parque de coches muy nuevos que tardan tiempo en estropearse", explica el empresario Juan Vivas.

Su oficio le obliga a estar constantemente reciclándose debido a que los vehículos cada vez son más modernos. El y su empleado se forman casi todos los meses a través de cursos especializados.

Para él, lo que más necesita el barrio son aparcamientos. Esto le llevó a plantearse hace unos años un traslado al polígono Las Capellanías, sin embargo dejó de lado la idea. "El polígono cada vez está más vacío así es que, de momento, estoy mejor aquí", dice. Aún no ha pensado en jubilarse, pero sabe que su negocio se lo quedará su empleado por sus hijas no siguen su saga.