El juez le ha declarado autor de un delito de maltrato en el ámbito familiar y otro de lesiones leves igualmente en el ámbito doméstico, cometidos en las personas de su madre y su hermana; así como de un delito continuado de daños --en un solo día causó destrozos en 16 vehículos--, pero le ha absuelto.

El motivo, que el autor de todos estos delitos sufre una esquizofrenia paranoide de varios años de evolución. Ya en marzo del 2004 fue condenado por un delito de robo violento y ya entonces se le aplicó la eximente de enajenación mental, por lo que el juez ordenó su internamiento en un centro psiquiátrico. Ahora, el titular del Juzgado de lo Penal declara en su sentencia que su enfermedad es una "acreditada circunstancia que le exime de responsabilidad criminal, al haber cometido los hechos a causa de la misma", por lo que le absuelve de los delitos, pero ordena su internamiento en un centro de rehabilitación "donde se pueda llevar a cabo el tratamiento que precisa" por un tiempo no superior a nueve meses (seis por el delito de maltrato y tres por el de lesiones).

Además, en concepto de responsabilidad civil, le condena a indemnizar a los propietarios de los vehículos en los que causó daños. Las indemnizaciones a las que está obligado suman una cantidad total de 4.700 euros.

Los hechos por los que ahora se ordena su internamiento tuvieron lugar a principios del verano del 2007. Su madre, "cansada de los numerosos problemas en la convivencia" con él había decidido trasladarse a casa de su hija, domicilio al que el acusado acudió sobre las tres de la tarde del 1 de junio y "tras discutir con su hermana tomó un cuchillo y la amenazó con él al tiempo que la amenazaba". La madre consiguió arrebatárselo, pero "lejos de desistir, el acusado agarró a su hermana por el cuello" hasta que las dos mujeres consiguieron que abandonase el domicilio. Tras estos hechos se impuso al acusado la prohibición de aproximarse y contactar con ellas.

En cuanto al delito continuado de daños del que también le declara el juez responsable lo cometió un mes después. Fue el 5 de julio, cuando "provisto de un abrecartas, una pistola de fogueo y una mochila", al pasar por la calle Padre Bayle, "desconociéndose el motivo, rajó las ruedas de cuantos vehículos encontraba a su paso, causando a algunos, además, daños en la carrocería y los espejos". En total fueron 16 los vehículos a los que causó daños.