Cinco años de prisión así como la prohibición de aproximarse a su exmujer e hijos, a su exsuegra y excuñados por un tiempo de tres años, es la pena que el ministerio fiscal solicita para J. F. G. S., acusado de un delito de homicidio en grado de tentativa y daños.

Por estos delitos, F. J. G. S. será hoy juzgado en la Audiencia Provincial. Según consta en las conclusiones provisionales de la fiscalía, los hechos que se le imputan sucedieron el pasado 27 de febrero, cuando el procesado se presentó en el domicilio de su exmujer, en la localidad de Guadalupe, portando una motosierra.

Al parecer, al oír el ruido su exmujer abrió la parte superior de la puerta, momento en que el acusado dirigió hacia ella la motosierra, no pudiendo alcanzarla por la rápida intervención de sus hijos. "Entre todos lograron cerrar y echar el cerrojo, al tiempo que el acusado traspasaba la puerta con la motosierra".

Con posterioridad sacó del coche una maza con la que comenzó a golpear otra puerta mientras decía: "Voy a mataros, entro y os mato. Os voy a matar, os tengo que matar", lo que provocó "un gran nerviosismo en las personas que se encontraban en el interior, ante el temor de que pudiera entrar y hacer realidad sus amenazas".

Los hechos constituyen "un delito de daños en concurso medial con un delito de homicidio en grado de tentativa", y por ellos el ministerio fiscal solicita para el acusado, "que presenta trastornos de personalidad con rasgos paranóides", cinco años de prisión y alejamiento de su exmujer e hijos por un periodo de tres años, así como el pago de 522,28 euros (unas 87.000 pesetas) a su exmujer por los daños causados en su domicilio.

DELITO DE LESIONES

Por otra parte, también en la Audiencia Provincial se juzgará hoy, por un delito de lesiones, a J. G. R., para el que el fiscal solicita una pena de dos años de prisión.

Según consta en las conclusiones provisionales de la fiscalía, los hechos por los que J. G. R. será juzgado hoy sucedieron el 1 de mayo del 2001 en Moraleja. Sobre las 19.30 horas D. P. P. circulaba con su vehículo por la calle Núñez de Balboa cuando un desconocido le arrancó el espejo retrovisor derecho, lo que provocó que se bajara del coche recriminándole su actitud, "momento en que el acusado, sin mediar palabra, se dirigió hacia D. P. y a golpes le dejó prácticamente inconsciente".