La consejera de Bienestar Social, Leonor Flores, y el presidente de la diputación, Juan Andrés Tovar, reiteraron ayer que las negociaciones sobre el futuro del Centro de Acogida de Menores Julián Murillo continúan abiertas. Tal como ha venido informando este diario, la Junta confirmó el pasado lunes la intención de la diputación de denunciar el convenio suscrito en los años 80 entre ambas instituciones, según el cual Bienestar Social gestionaba el centro, pero la diputación pagaba a los trabajadores.

El fin del convenio debería producirse a final de legislatura y la Junta anunció que de ser así, el Julián Murillo dejaría de prestar el servicio de atención a menores y los chavales serían trasladados a otros centros de la comunidad autónoma, aunque nada comentó sobre su intención de levantar un nuevo centro en la capital cacereña.

La noticia generó malestar entre los sindicatos e incluso el ayuntamiento solicitó que se reflexionara sobre el asunto para que Cáceres no perdiera este servicio. Pero ayer la consejera insistió en que si el convenio no se renueva, la Junta se encargará de construir un nuevo centro. "Lo que la Junta tiene claro es que si una inversión se va de Cáceres, otra se va a poner", dijo Flores, que mostró su extrañeza al asegurar: "¡Se ha armado una y en planos muy localistas!". E insistió: "Yo no quiero quitar un centro en Cáceres, creo que Cáceres debe seguir con un centro de menores, y va a seguir, sea el de la diputación o sea haciéndolo yo por mi cuenta".

Leonor Flores reiteró, no obstante, que las negociaciones sobre el convenio del Julián Murillo continúan abiertas. Lo mismo dijo Juan Andrés Tovar: "En lo que estamos de acuerdo es que el convenio actual no es el ideal. Hay que cambiar y hay fórmulas de conveniar. Puede seguir existiendo un convenio y, ahora mismo, por parte de la diputación están abiertas todas las posibilidades. Creo --matizó el presidente-- que es la consejera la que tendría que decir si ella estaría dispuesta a negociar otro convenio distinto al que hay".

La responsable de Bienestar Social dijo que la semana que viene mantendrá un encuentro con Tovar y ambos volverán a abordar esta cuestión. Parece claro que la atención a los niños está garantizada. "La consejera tiene voluntad de que esos niños sigan bien atendidos y si se cierra el Julián Murillo es porque hay una alternativa", apuntó Tovar. Flores, por su parte, insistió: "Lo que me interesan son mis niños, los niños tutelados por la Junta de Extremadura".

¿Pero qué pasará con los 70 trabajadores del Julián Murillo? Tovar dijo que no habrá problemas, que si el convenio no se renueva pasarán a otros servicios de la diputación. "Nunca --insistió-- le he planteado a la consejera que los trabajadores del centro pasen a la Junta porque no es razonable, como no es razonable que la diputación pague el 100 por 100 de los trabajadores del centro ni pagar una plantilla de 70 trabajadores en un centro con 23 niños, eso está claro".

¿Podrían pasar esos trabajadores a la Junta? Leonor Flores lo descartó categóricamente porque --apuntó-- "es ilegal. En los trabajadores no me voy a meter. Son de la diputación". La consejera destacó la capacidad del personal actual --"están muy comprometidos con los niños", subrayó--, pero aseveró que si hay un centro nuevo sacaría una oferta pública de empleo.

Ambos políticos, que quisieron dejar ayer claras sus buenas relaciones, se refirieron a las posibilidades que existen sobre el nuevo centro. Tovar dijo que no se ha descartado remodelar el actual y Flores explicó que se ha pensado en la construcción de casas individuales y que podría pedir los terrenos a Saponi.