La Comisión Municipal de Urbanismo conoció ayer oficialmente el contenido de la resolución del consejero de Cultura, Francisco Muñoz, que inicia el expediente para que la iglesia de San Francisco Javier, el convento de la Preciosa Sangre y la Casa del Sol obtengan la declaración de bien de interés cultural. Los dos primeros edificios tienen un origen común: su construcción a finales del XVIII por los jesuitas; mientras que la congregación de hermanos de la Preciosa Sangre relaciona la Casa del Sol con el templo de la Compañía de Jesús.

La comunicación de la resolución es "a título informativo", explicó ayer el presidente de la comisión, el concejal Andrés Nevado, que recordó que estos edificios "ya están catalogados en el plan especial --de protección y revitalización del patrimonio arquitectónico de Cáceres--". La solicitud de la declaración de bien de interés cultura parte del obispado. El templo y la casa son de la Iglesia, mientras que el convento, que durante muchos años tuvo un uso docente, lo utiliza la administración autonómica.

Aunque hay un plazo máximo de dieciséis meses para resolver la declaración, en la resolución ya se afirma que los tres edificios tienen "valores tanto históricos como artísticos" que son merecedores de una posible declaración de bien de interés cultural.

BENEFICIOS A OBTENER La declaración no significa sólo una mayor protección del edificio, sino también ayudas y ventajas fiscales. La legislación extremeña establece que la Junta promoverá ayudas para la restauración de los bienes culturales, además de propiciar la participación de las entidades privadas. Otra medida de estímulo recogida en la legislación es que la Junta promoverá el acceso a créditos oficiales para financiar obras de rehabilitación. Los bienes de interés cultural están exentos del pago del IBI, y por obras de conservación y reforma no se abonará el impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras.

La iglesia y el convento son de estilo barroco. Su ejecución finalizó en 1755, y los jesuitas sólo lo ocuparon doce años al ser expulsados de España en 1767. La Casa del Sol, de estilo gótico, fue cedida en el siglo XIX a los hermanos de la Preciosa Sangre, congregación que se hizo cargo de la iglesia de San Francisco Javier, templo que se cerró al culto hace una década y que ha acogido actividades culturales.