La consejería de Bienestar Social considera que los bingos que se celebran en los hogares de pensionistas no son ilegales y, por lo tanto, permitirá la celebración de los mismos como se venían haciendo hasta ahora. Esta decisión responde a la denuncia que hizo hace un mes la Asociación de Empresarios del Bingo de Extremadura (Aebex) por la organización de actividades clandestinas de juego.

Esta denuncia, que no iba en contra directamente de estos bingos, motivó la intensificación de las inspecciones policiales en lugares donde se celebran y la suspensión en Cáceres de algunos de ellos, como en La Bondad, Veracruz y Las 300, aunque han continuado en otros muchos locales vecinales y hogares de mayores. Ayer mismo se celebró el bingo previsto en el centro de jubilados de la Peña del Cura (La Madrila).

UN JUEGO CON TRADICION La consejería estima en un comunicado que los juegos de azar, entre ellos el bingo, que se realizan en los hogares tienen una gran aceptación y tradición entre los usuarios. Según la administración regional, se desarrollan "para promover la convivencia y participación activa de los mayores en las actividades del centro, evitando esta forma el posible aislamiento de éstos en sus hogares".

El centro de la Asociación de Mayores La Bondad, ubicado en la avenida de este mismo nombre y que no depende de la Junta, lleva celebrando su bingo desde hace diez años y lo suspendió hace quince días tras una inspección. Este colectivo cuenta con 500 socios y más de 100 acuden con frecuencia a sus bingos.

"Con esta actividad nosotros sacamos dinero para pagar gastos del local, que es del ayuntamiento, y de los socios, nos ayuda a mantenernos, no lo hacemos por ánimo de lucro", afirma un miembro de su junta directiva. "En estos días --añade--, nos ha llamado mucha gente para saber si lo hacíamos y nos dicen que entonces sin el bingo qué hacen, adónde van".

La celebración de los bingos es la actividad estrella de los hogares y muchos colectivos vecinales de Cáceres. Los empresarios de bingo consideran que estos suponen una competencia desleal porque existe una transferencia económica entre los jugadores, aunque sea escasa. El coste de un cartón para jugar oscila entre los 15 y 20 céntimos.

La consejería de Bienestar Social reconoce, en el comunicado, que existe ese intercambio de dinero, sin embargo defiende que las ganancias se destinan en muchas ocasiones a financiar actividades fuera de las instalaciones, como excursiones, y el resto de las veces revierten en los propios usuarios, sin que en ningún caso los organizadores obtengan ningún enriquecimiento con ellas.