La Junta de Extremadura buscará la forma de impedir que los bares de la movida cacereña, sobre todo de La Madrila, reabran a las 5.30 de la madrugada. Ese fue el acuerdo más importante de la reunión que celebró ayer la junta local de seguridad, presidida por el alcalde, José María Saponi, y copresidida, por primera vez, por la delegada del Gobierno, Carmen Pereira. La junta está integrada por todas las instituciones que tienen que ver con la seguridad en la ciudad.

El presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos y, casualmente, también del colectivo vecinal de La Madrila, Miguel Salazar, acudió en calidad de invitado y expuso la problemática que ocasiona en barrios como el suyo esta situación.

Entre seis y ocho bares cierran cada fin de semana en la plaza de Albatros entre la 1.30 y 2.00 de la madrugada para reabrir nuevamente sus puertas entre las 5.30 y las 6.00. Estos locales se amparan en la licencia de cafetería que tienen --para las que rige este horario--, y no de bares especiales (pubs), que es en realidad la actividad que ejercen.

MESA CONJUNTA Al incumplimiento del horario de cierre que tienen los bares de copas, a las 3.00 de la madrugada, se unen las molestias que ocasiona la gente que aguarda en la calle la reapertura de los locales. "Somos los vecinos los que soportamos esta situación", insistió Salazar. El dirigente vecinal expresó su satisfacción por el compromiso adquirido para hacer un estudio jurídico de la cuestión, según detalló tras la reunión.

La junta local, que estuvo reunida durante dos horas, apenas acordó actuaciones concretas, según la información que trasladaron a los medios de comunicación a su término tanto el alcalde como la delegada.

La junta estudió de forma global la situación de la seguridad en la ciudad, planteando la "necesidad de profundizar en la colaboración y coordinación de las policías", apuntó Pereira. Para ello, se buscará la forma de que en los turnos de noche, en el futuro quizás también por el día, se trabaje en la misma frecuencia de emisoras para poder dar "una respuesta más inmediata".

Pereira reconoció las carencias de personal que sufre la Policía Nacional (con 18 agentes menos de los que debería tener la ciudad), aunque sólo señaló al respecto que se habían solicitado más agentes a Madrid y, mientras tanto, "habrá que esforzarse", manifestó.

El balance final sobre el estado de la seguridad cacereña fue optimista, al margen de algunos problemas "singulares" y de "convivencia", como el de los horarios o los botellones . "Se ha visto que Cáceres sigue siendo una ciudad donde se puede vivir. El análisis es altamente positivo", concluyó Saponi. El índice de delincuencia está un 14% por debajo del nacional y casi un 4% del regional.