El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Cáceres investiga la muerte de una mujer de 77 años que el pasado 3 de enero se precipitó por una ventana de la tercera planta del hospital San Pedro de Alcántara. La víctima, que estaba ingresada en el centro hospitalario con meningitis, sufría alucinaciones por la enfermedad. Un trabajador la encontró en el suelo de un patio interior del centro sobre las 07.40 horas de aquella mañana.

Sus sobrinos, la familia más directa de la mujer, presentaron una querella contra dos enfermeros y dos auxiliares de enfermería del hospital, así como contra el Servicio Extremeño de Salud, SES, que el juzgado aceptó y comenzó ayer a investigar con la toma de las primeras declaraciones.

El abogado de la familia, Daniel López Vivas, considera que este es un «presunto caso de negligencia médica porque entendemos que hubo un fallo de atención a una paciente que estaba muy alterada, que tenía alucinaciones continuas y que prácticamente no eran capaces de meterla en la cama». Además, López Vivas apunta a que «hubo tanto una falta de supervisión como una falta de medios materiales». Esto viene motivado, según el abogado de la familia, porque los sanitarios iban a colocar a la mujer una sujeción mecánica, «unas muñequeras para que evitara levantarse de la cama y no aparecía esa sujeción porque no la había».

Tras las primeras declaraciones de ayer, Daniel López Vivas no descarta ampliar la querella, «porque no hemos traído a declarar a todos los profesionales que estaban allí esa noche y vistas las declaraciones que hemos tenido, vamos a tener que traer a más médicos y auxiliares de enfermería que aquella noche intervinieron porque no nos ha quedado del todo claro cuál es el procedimiento que se siguió para atar a la paciente y por qué esa ausencia de sujeciones», explica.

Según López Vivas, una de las profesionales que declararon ayer, «se encontró a la paciente andando por el pasillo a las siete menos cuarto de la mañana dando voces». El abogado recuerda que la mujer tenía meningitis, «una enfermedad muy contagosia y muy grave», que podía haber contagiado «a los familiares o profesionales que estaban por allí en ese momento».

PERSONAL// El abogado de una de las denunciadas, Antonio Rubio Muriel, letrado del sindicato SAE, de auxiliares de enfermería, considera que «todo el personal actuó desde nuestro punto de vista diligentemente, otra cuestión es que haya dos técnicos en cuidados auxiliares y dos enfermeros para toda una planta de treinta pacientes esa noche». En cuanto a las afirmaciones del abogado de la familia de que faltaron medios, Rubio ha señalado que «el personal utilizó aquello que tenía a su alcance» y actuó «conforme a las pautas que se habían determinado por la doctora que estaba supervisando» el caso.

Ante la acusación de negligencia, el abogado del SAE opina que «con la declaración se ha demostrado que se hizo más de lo que realmente se podía hacer en ese momento». Antonio Rubio afirma que «los cuidados que recibió esa señora por parte del personal que estaba presente esa noche fueron los adecuados y eso creo que ha quedado suficientemente claro».

Tanto la abogada del SES como el letrado del Colegio de Enfermería no quisieron hacer declaraciones. Este diario se ha puesto en contacto así mismo con el SES que aún no se ha pronunciado sobre este asunto.

Una vez que se completen las declaraciones, el juez decidirá si continúa el procedimiento por vía penal o si archiva el caso.