La Audiencia Provincial de Cáceres juzgará la próxima semana al director de una entidad bancaria de la capital cacereña por sustraer de las cuentas de clientes algo más de 1,8 millones de euros, por lo que la Fiscalía solicita la pena de seis años de prisión y el pago de una multa de 7.200 euros.

Al exdirector le acompañará en el banquillo de los acusados uno de sus empleados, que ocupaba el cargo de cajero-interventor y que se quedó con 42.800 euros de clientes, según el escrito de acusación al que ha tenido acceso Efe.

Para este último, la Fiscalía solicita la pena de un año y seis meses de prisión, y el pago de una multa de 3.600 euros.

Ambos tendrán que indemnizar a la entidad Citibank España S.A con la cantidad que sustrajeron y que el banco ya ha repuesto a sus clientes.

Los hechos, indica el fiscal, ocurrieron entre el 2004 y el 2014 y las víctimas eran siempre personas de avanzada edad o con alguna discapacidad, que vivían solas y lejos de sus hijos.

Los acusados "realizaron operaciones irregulares y se quedaron para sí con fondos de cuentas de algunos clientes, evitando los mecanismos de control de la entidad".

De esta forma, indica que "el director alteraba solicitudes para retirar efectivo, suplantaba la firma de los titulares o realizaba solicitudes ficticias de rescate de inversiones de clientes".

En algunas ocasiones, señala el Ministerio Fiscal, el director incluso visitó a los clientes en sus domicilios o centros de trabajo "para recoger ingresos en efectivo que aquellos creían que eran ingresados en sus cuentas y no era así".

En el caso del cajero, este se limitó "a sustraer directamente fondos de las cuentas de ahorro o corrientes de determinados clientes".

Para camuflar estas operaciones por si algún cliente preguntaba, el director tenía diseñadas diversas estrategias como que había sido un error con otro cliente "o incluso creó libretas de ahorro no auténticas con anotaciones ficticias para inflar los saldos".

Los hechos salieron a la luz cuando uno de los clientes perjudicados puso una queja por retiradas de efectivo que no había realizada y el banco comenzó una investigación.

Por estos hechos la fiscalía acusa al director de un delito continuado de falsedad en documento mercantil y otro continuado de apropiación indebida, mientras que al empleado le acusa de dos delitos de apropiación indebida.