La noche del miércoles fue más tranquila que la jornada inaugural de la feria, aunque el público no faltó en el recinto y las atracciones seguían en marcha a la 1.00. La madrugada tuvo dos protagonistas: Karina, con un concierto que llenó la caseta municipal de numeroso público de su generación (también algunos jóvenes); y Dinio, que triunfó en todas las casetas restantes y se pasó la noche Hasiendo el amor . Y es que nadie se resiste a pinchar el que parece disco del verano.

La voz de Karina, que ofreció dos pases, podía oírse a gran distancia e invitaba al bailoteo. El público, madurito, se animó con las míticas Flechas del amor , Tú serás mi baby y El baúl de los recuerdos , aunque la mayoría prefirió seguir el espectáculo desde las sillas. Ella, muy discreta, con traje de pantalón blanco y camisa leopardo, acompañaba los acordes con pasitos adelante y atrás, y alguna vuelta. Le llovieron aplausos.

El ´BOTELLON´, IMPASIBLE

Nada que ver con el ambiente de las casetas jóvenes. Enfrente, las chicas bailaban como gogos sobre el escenario de Nuevo Milenio, y Los 40 daba caña a la madrugada con su música. El botellón , eso sí, seguía impasible en el descampado próximo. Y mientras la cantante Lola Massey alegraba la barra de la caseta de la prensa, el flamante concejal Felipe Vela se tomaba una copa tras una jornada azarosa (Saponi llevó a la corporación a inaugurar varias casetas durante el día). La edil Teresa Bravo hacía lo propio en los dominios del PP, donde también se dejó ver el sector chaparrista de la Universidad de Extremadura.

En la caseta del PSOE algunos alcaldes y diputados se tomaban la última tras el concierto de José Mercé, "un genio", sentenciaron. Más arriba estaba el verdadero estadístico de la feria, Bernardo, del puesto de Los Talaveranos. "Cada año vendemos 1.200 bocadillos, sobre todo de bacon y lomo. Hoy hay poca venta, por tanto, poco público". Tan fácil.