Ha sido el impulsor de la misión comercial a Kazajistán, país en el que está afincado hace cinco años y que conoce a la perfección. Pertenece al sector de la construcción y se marchó por motivos laborales, ya que en 2010 en España el empleo en su sector había caído en picado. "Me surgió la posibilidad de trabajar en el desmantelamiento de unas instalaciones de centrales técnicas y me fui", cuenta. Una vez allí adquirió el 65% de una pequeña empresa dedicada a desmantelar estas centrales y actualmente cuenta también con una empresa de construcción.

Tiene su central en Astana, pero dispone de dos delegaciones más en Almaty y Urka Mengor. Las instalaciones de su empresa cuentan además con vías férreas donde los trenes de mercancías hacen carga y descarga, infraestructura que podría ser utilizada por los empresarios extremeños que exporten allí sus productos. "Es un país con muchas posibilidades para Extremadura, pero está todo por hace", señala. Su tejido empresarial emplea a 56 personas.