La imagen de Jesús Nazareno, que despierta una especial devoción entre los cacereños, retornó el pasado viernes a su capilla de la iglesia de Santiago tras las obras de reforma efectuadas en este espacio para sanear las humedades y renovarlo. La talla ha permanecido en el altar del templo durante el transcurso de la obra, acometida con fondos propios de la cofradía, que decidió llevarla a cabo una vez completadas otras necesidades como la renovación de las andas y la tesorería.

La imagen, de una valía artística muy reconocida, tiene cuatrocientos años de antigüedad. Su capilla sufría continuas humedades y la piedra de los muros se estaba deteriorando y desprendía arenilla, de forma que se vio la necesidad de acometer el saneamiento de la pared. También se ha aprovechado para mejorar la estética del espacio, con nuevo acabado y dos pequeños altares, de forma que no solo mejorara la salubridad del espacio, sino también la apariencia del entorno de la talla del Nazareno.

EL PROYECTO La actuación comenzó el pasado mes de agosto, una vez obtenido el visto bueno tanto del ayuntamiento como del área de Patrimonio, que ha seguido los trabajos. En todo caso, la zona sobre la que se ha actuado no tiene un gran valor patrimonial porque es un añadido que se hizo al templo a mediados del siglo XX.

Los trabajos más importantes han sido el saneamiento del muro y el arco de la bóveda. Se ha creado una cámara de aire para evitar que la humedad vuelva a afectarle y se ha cubierto esta con pladur, que después se ha pintado con estucado de apariencia marmórea.

Además se ha aprovechado para sanear el granito de la peana sobre la que se coloca la imagen. A ambos lados de la misma, se han ubicado dos altares de nueva creación para colocar sobre ellos velas y crucifijos. Los trabajos incluían una actuación para adecentar la verja, reponiendo la pintura y ocultando los cables de los focos que iluminan la talla, entonces a la vista. El coste total ha supuesto unos 5.000 euros.