El colegio La Hispanidad tiene niños de Las Trescientas, La Bondad, Nuevo Cáceres y Aldea Moret. Su directora es Concha Ibáñez y en los tres años que lleva al frente del equipo directivo ha visto cambiar bastante el panorama. "Hace tres años teníamos un absentismo que podemos llamar de baja intensidad. Había niños que faltaban puntualmente, pero con frecuencia. Empezamos a llamar a casa para preguntar por qué los niños no venían y los padres ya no sabían qué excusas dar". Y la estrategia parece que ha funcionado.

Los casos de ausencias continuadas que la directora recuerda desde entonces son puntuales. Uno de hace dos cursos se resolvió en cuanto se habló con la madre. Otro del curso pasado no tuvo el mismo éxito. "Eran tres hermanas, --cuenta Ibáñez--. La mayor venía a clase. Vivía con su abuela y estaba muy integrada. Las otras dos vivían con la madre y no venían. Finalmente no se consiguió que trajera a las niñas al centro".

Una de las dudas que tiene la directora de La Hispanidad es qué sucede en los casos en los que los padres no hacen caso repetidamente. "No sabemos qué pasó el año pasado con esas dos hermanas que nos dieron tanto trabajo entre informes, escritos y cartas. Al final, la madre no trajo a las niñas al centro. Dimos todos los pasos que había que dar pero ¿quién se hizo luego responsable? ¿Qué se le hizo a la madre? De alguna forma esta señora se estaba riendo de la administración. A lo mejor están ahora en otro centro y empieza de nuevo todo el proceso. Y las niñas, entretanto, están sin asistir a clase".