Pepe Mateos es desde ayer el héroe de Cáceres. Su historia ha corrido como la pólvora por toda la ciudad y se ha convertido en protagonista de la noticia que con más interés han leído los internautas. No es para menos. Pónganse en su situación: duermen plácidamente en casa, escuchan unos ruidos, se levantan, y zas, se encuentran con tres mujeres en la cocina tratando de robarles. Cualquiera de ustedes podría quedarse paralizado, pero Pepe Mateos no lo dudó, salió tras ellas e inició una persecución que dio como resultado que una de las tres presuntas autoras esté ya a disposición del Cuerpo Nacional de Policía.

Mateos, de 30 años, es productor de música y dj. Llevaba fuera de Cáceres unos 13 años porque ha estado trabajando en Segovia, Ibiza, Madrid o Shangai. Hace cuatro meses que volvió a la ciudad, donde desarrolla su labor profesional. Vive con sus padres en el número 1 de la avenida de Hernán Cortés, justo al lado del centro de salud. El pasado domingo, a eso de las tres de la tarde, Pepe se encontraba descansando en su cuarto. No había nadie en el piso, pero unos golpes le despertaron. «Al principio pensé que podría ser en casa de los vecinos o incluso que los ruidos provenían de la calle, pero como el sonido era cada vez más cercano me levanté imaginando que podría haber llegado mi hermana, ‘Miti’, ‘Miti’, empecé a llamarla. Entré en la cocina, pero no era mi hermana, eran tres mujeres desconocidas que se habían colado en casa. Las pillé in fraganti. Enseguida me di cuenta de que estaban tratando de robarme», relata a este periódico el protagonista.

Pepe iba con las zapatillas de casa y sin pensarlo dos veces salió tras las mujeres. «Vi que no eran de complexión muy atlética y sabía que las podía coger. Como las zapatillas me molestaban, me las quité y, descalzo, seguí corriendo en su busca», explica el afectado. «¿Descalzo, has debido de ser running?», le pregunta este diario, a lo que entre risas, Mateos responde: «Bueno, en su día salía a correr».

El caso es que Pepe vio cómo las mujeres huían unos metros más allá de su domicilio por la calle Doctor Fleming. «Mientras las perseguía el reloj se me cayó al suelo (por cierto, que luego un peatón me lo devolvió al encontrarlo) y yo gritaba: ‘Ayuda, ayuda, que me estaban robando’. La gente se quedó atónita hasta que a la altura del bar Atrezos logré coger a una de ellas. Vi a cuatro o cinco amigos que en ese momento se estaban tomando una cerveza y les pedí que la retuvieran, que yo tenía que ir en busca de las otras dos», explica el cacereño.

«Seguí hacia delante mientras ellas tiraban a la izquierda por la calle Niza. Justo enfrente del bar Los 80 las vi cómo se metían en un C4. Allí tuvimos un pequeño forcejeo. Les intenté dar caza metiendo la mano por la ventanilla para tratar de cogerles las llaves del coche. Me dieron un golpe, por eso he presentado en la comisaría un parte de lesiones. Llevaban una bolsa, creo que la metieron el maletero, y se escaparon», cuenta el joven.

De su casa no lograron llevarse nada. La bolsa con la que huyeron probablemente contenía joyas y una hucha de dinero que las presuntas ladronas habrían hurtado del piso de los vecinos. Presuntamente después de haber perpetrado ese robo trataron de hacer lo mismo en casa de Pepe, a la que accedieron al abrir la puerta usando una radiografía.

Tras la huida de las mujeres Mateos regresó a casa, se pegó una ducha rápida para tranquilizarse y volvió a bajar a la calle. A las puertas del bar Atrezos ya habían llegado los agentes del Cuerpo Nacional de Policía, también de la Científica. Todos le dieron la enhorabuena.

Fuentes policiales confirmaron ayer que las otras dos mujeres se encuentran en busca y captura y que están identificadas. No se descarta que pudieran ser autoras de robos en otros domicilios de la ciudad. La investigación continúa y Pepe Mateos, entretanto, es a ojos de todos un valiente.