La fiesta de las Lavanderas y la quema del Pelele ha llenado esta mañana el centro de Cáceres y la plaza Mayor de cientos de personas (muchos jóvenes afortunadamente este año) que han participado en esta tradición ancestral, homenaje a aquellas mujeres que procedían de las capas más humildes de la sociedad cacereña y, como tales, en el plano laboral se les presentaban varias posibilidades, todas relacionadas con el servicio: aguadora, lavandera, sirvienta, temporera del campo, (aceitunas, espigueo, etcétera).

Este tipo de trabajos solía pasar de generación en generación, hasta el punto de que muchas lavanderas eran conocidas por el apodo de sus antepasados (Las Culolobos, Las Galapas, Las Cañetas). En estos momentos, los cacereños disfrutan del tradicional reparto de coquillos en la carpa de 800 metros cuadrados que se ha instalado en la plaza Mayor.