"La maza que usan los jueces en las películas, aquí no existe. Aquí utilizan campanas". Fernando Muñoz, jefe de comunicación del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx), se dirige campana en mano a un grupo de estudiantes que llena hoy --por ayer-- una de las dos salas de vistas de la Audiencia Provincial de Cáceres, incluidos los estrados que habitualmente ocupan jueces, fiscales y abogados.

La curiosidad de la campana es solo uno de los detalles que descubrieron ayer los más de 800 estudiantes y otros ciudadanos que participaron en la jornada de puertas abiertas celebrada en el edificio de la Audiencia Provincial y los juzgados bajo el lema La justicia es cosa de todos . El objetivo: acercar la administración de justicia a los ciudadanos enseñándola por dentro. "Es imprescindible que sepan cómo funciona por si alguna vez tienen que recurrir a ella", explicó el presidente en funciones de la Audiencia, Juan Bote.

Para ello, decenas de jóvenes tomaron literalmente en tropel el palacio de justicia de la avenida de la Hispanidad, sus salas de vistas, pasillos, despachos, calabozos.... Casi no se dio abasto para organizar el volumen de visitas. Mientras en la sala de juicios con jurado el jefe de Seguridad del edificio, Jesús Barrantes, les daba unas nociones de reducción de detenidos, el uso de los grilletes o el papel de los vigilantes de seguridad, en la de al lado participaban en un simulacro de juicio.

En el tribunal de lo Social asistían en directo a un juicio por despido y en el Instituto de Medicina Legal, los forenses explicaban la importancia y sistemática de su labor en casos de agresiones sexuales, asesinatos... Hasta comprobaron la luminiscencia de una mancha de semen bajo la luz de las lámparas que tan populares han hecho las series de televisión.

Dentro de los calabozos, pudieron leer algunos de los mensajes --Gora ETA , La culpa de que esté aquí es de mi exmujer y otros del estilo-- escritos por detenidos que esperan a declarar y que decoran las paredes de las seis celdas del sótano. El traslado de dos detenidos obligó a interrumpir la visita a esta zona, porque la máquina judicial no paró.