La legionela es una bacteria que vive en aguas estancadas, como las superficiales de lagos, estanques o ríos, y que prolifera a una temperatura superior a los 35 grados. Suele rebrotar en verano, pues se instala en torres de refrigeración u otros sistemas parecidos, donde suelen multiplicarse. Si estos sistemas se encuentran sucios, entonces las posibilidades de que habiten estas bacterias aumenta de forma significativa. El contagio se produce por inhalación, aunque no entre personas, y la enfermedad se desarrolla en los pulmones. No suele ser difícil combatirla, según apuntan los expertos, aunque algunas veces se complica.

Los síntomas que registran los afectados de legionela son parecidos a los de otras enfermedades respiratorias: tos, fatiga, fiebre o malestar general. La prevención es una tema complicado, ya que al contagiarse solo por inhalación, la única forma de hacerlo es manteniendo limpias las instalaciones y conductos como los del aire acondicionado. Dentro de este género existen 48 especies y un total de unos 78 serotipos.