Fin a 57 años de historia. La librería Bujaco cerrará sus puertas el próximo 19 de octubre por la caída de las ventas que afecta al sector. El establecimiento situado en el número 2 de la avenida Virgen de la Montaña, todo un clásico en la capital cacereña, pertenece a la cadena Troa que, según explicó ayer una de las responsables de la tienda, María Victoria de la Montaña, ha tomado la decisión de no seguir adelante con el negocio.

Bujaco, que tomó su nombre en homenaje a la torre situada en la plaza Mayor, está regentada también por Pilar Ortega, que lleva 37 años al frente del negocio. Su compañera, que ayer no podía contener la emoción ante la noticia del cierre, acumula ya veintiocho. Sobre la tienda también pesaba el final de contrato de arrendamiento suscrito con Pronorba, que hubiera obligado probablemente a la librería a buscar otra ubicación.

Antes de formar parte de la cadena Troa, Bujaco inició su andadura en Cáceres hace más de medio sigilo bajo el paraguas de la empresa Delfa. Fue una de las primeras librerías que se abrió en España con esta marca después de la primera en la calle Serrano, número 80, de Madrid.

RECOGIDA El cierre al público se hará efectivo el próximo sábado, aunque está previsto que Pilar Ortega y María Victoria de la Montaña continúen en la tienda hasta el jueves 24 para realizar las labores de recogida. En principio, no han pensado en realizar ningún acto de despedida. Los volúmenes se recogerán y serán remitidos a la franquicia.

El cierre de Bujaco se convirtió ayer en un mazazo para otras firmas del mismo sector. María Vaquero, de la librería Todolibros, lamentó que Cáceres pierda un establecimiento de lectura, uno de los sectores más castigados por la crisis que ha visto decrecer las ventas. Víctima de la bajada de ventas también fue la librería Vicente que, tras 60 años de historia, cerró sus puertas en Pintores en enero del 2012. Tras el fallecimiento de Vicente Santos, su familia intentó seguir adelante con el negocio, pero finalmente tuvo que cerrar las puertas de una de las fuentes más antiguas del conocimiento y la cultura de la ciudad debido a que el negocio no se sostenía. A la histórica Bujaco también le ha llegado ahora esa factura.