Puesto que estamos en víspera electoral cada día tendremos la presentación de listas. El viernes le tocó a IU, formación que aunque está lejos de cumplir las expectativas con las que nació, es un referente interesante. Un partido a la izquierda del PSOE es necesario, para evitar tentaciones de los socialistas y poner en candelero el fructífero pensamiento de izquierdas. Una parte de la izquierda se ha movido entre la utopía y el engranaje con la sociedad. Unas veces, más de las necesarias, se ha considerado como el faro que debía iluminar al pueblo y conducirle. Una casta superior destinada a delimitar el campo de actuación de los individuos que debían seguir sus instrucciones sin piar.

Pero junto a esa pretensión estaba la tensión de los problemas que surgían y ante ellos se reaccionaba en la calle. La conjugación de ambas tendencias en las instituciones ha sido un problema pendiente.

Víctor Casco, su número uno, apuesta por un ayuntamiento participativo y pone como ejemplo la elaboración de los presupuestos por parte de los ciudadanos. En el fondo nada la idea de que la responsabilidad del ciudadano en política no termina con su voto, ni los políticos deben tener el voto como escudo, sino que es necesaria la participación.

A esto nos apuntamos todos. ¿Pero cómo se articula sin perjuicio de preservar la acción política de quienes han sido delegados por el pueblo? Según dicen, esta lista puede tener más importancia a la hora de constituir un ayuntamiento de lo que se piensa.