Encontrar un donante compatible es, para muchos enfermos, la única vía. La solidaridad es la única esperanza.

Hay muchos casos, y la mayoría son similares al que una joven cacereña de 22 años relata para animar a la donación de médula ósea. Al marido se su prima, con 30 años y casado hace sólo nueve meses, le han diagnosticado una leucemia "y su vida empieza a desvanecerse, se hunde".

Comenzaron las pruebas, "y el desánimo comenzó a hacer mella al no encontrar a nadie compatible en el entorno familiar". Después, cuando le reprodujeron sus células madres para intentar un autotrasplante, "una puerta se abrió a la esperanza, pero volvió a cerrarse, ya que las pruebas dieron negativo, no era compatible".

Para él, como para otros muchos que esperan un trasplante de médula, un donante es ya su única esperanza.