Angelines Avilés (25 años) y Montaña Delgado (19 años) llevan sólo unos días haciendo prácticas en la residencia geriátrica Care, que ocupa una de las alas del edificio del seminario. Recibirían su mejor regalo si mañana esta fase de su formación en apoyo y alimentación familiar se convirtiera en un contrato. "Buscamos trabajo y tenemos la posibilidad de ampliar el currículum con estas prácticas", afirman.

Angelines cuida también a una anciana por las noches y antes ha atendido a enfermos de Alzheimer. Montaña carece de experiencia y acaba de terminar sus estudios. A pesar de ello, son poco optimistas porque "el mercado está muy mal y no sale nada. Piden mucha experiencia y titulaciones".

Su trabajo está siendo satisfactorio como refrenda Elsa Palacios, directora del centro. "Responden maravillosamente y colaboran muchísimo, con iniciativa propia", indica. Las ventajas para la empresa son muchas, ya que les permite ganar tiempo ante una selección de personal. "Recogemos currículos y llamamos a las personas que hemos tenido en prácticas", dice.