La trayectoria solidaria de Angel Pinero Sánchez (Granadilla, 20-1-49) comenzó en su juventud. Un mal día tuvo lugar un accidente de autobús en Aliseda con varios jóvenes heridos, y la radio no paraba de pedir donantes. "En aquella época no había reservas, era muy distinto", relata. Angel no lo dudó y salió de inmediato hacia el Colegio Farmacéutico de Cáceres, donde le analizaron el grupo sanguíneo, y posteriormente acudió a la residencia. "Recuerdo que no tuve miedo, aunque la primera vez siempre impone un poco", confiesa.

Desde ese momento comenzó a donar sangre cada tres meses, y así hasta hoy, 36 años después. Su voluntad le ha convertido en uno de los mayores donantes de Cáceres y Extremadura, con 100 extracciones recién cumplidas, incluso hace dos años fue invitado a un congreso nacional que reunió a los más destacados de cada región. "Requiere cierto sacrificio, porque tienes que desplazarte al hospital, buscar un hueco en el trabajo, coger el coche, aparcar... Pero todos deberíamos obligarnos a hacer este esfuerzo. Al menos yo me siento muy bien, es gratificante, seguiré mientras pueda", explica.

Además, este ordenanza de la Facultad de Formación del Profesorado recuerda que la donación es salud, "porque te someten a controles cada vez que acudes". En cuanto a los jóvenes, con los que Angel trabaja a diario, considera que su menor implicación sólo obedece a que son más perezosos. "Habría que buscarlos, acompañarles la primera vez. Yo lo intento en mi familia y sí que funciona", explica.