"Lo dicho; al mal tiempo, buena cara". Juan Antonio Hernández, presidente de la barriada de San Blas, intentaba levantar los ánimos, pero la expresión de los voluntarios de la parroquia lo decía todo. ¡7.000 roscas! Hemos encargado 7.000 roscas y apenas se han vendido 500 a las seis de la tarde", lamentó Felipe mientras contemplaba las cajas rebosantes de las tradicionales roscas de anís. No pudo ser. La lluvia cayó durante todo el día sobre Cáceres y obligo a suspender la romería de San Blas. "Esto no había pasado en muchos años", recordaban los mayores.

Los concejales Santos Parra y Joaquín Rumbo visitaron la ermita y anunciaron el traslado de la romería al próximo martes, día en el que está prevista la misa y procesión (17.30). La asociación vecinal también pospuso hasta entonces el reparto de 5.000 mantecados y el sorteo de regalos entre los que acudan vestidos de traje típico, muy tradicional en esta romería cuyo origen se remonta siglos atrás.

Bajo el paraguas

La parroquia previó las lluvias y al menos no encargó las 16.000 roscas anunciadas. Algunos cacereños acudieron a la ermita con sus paraguas, y hasta con el traje regional, para comprar varias unidades y aliviar la situación. "Seguiremos vendiendo todo el domingo", señalaron los voluntarios. En la mesa de ofrendas estaba, como siempre, Concesa Corchero: "Sólo tenemos 28 platos y no habrá puja".

La ermita de Las Candelas tomará hoy el relevo si la lluvia lo permite. La fiesta comienza a las 17.30 con misa, mesa de ofrendas y muchas más roscas.