Vive en París aunque nació en el norte del Magreb. Su música tiene origen arábigo-andaluz y muestra la tradición mediterránea, según explicó ayer. Akim El Sikameya se siente cómodo en España y agradecido de que su música haya traspasado fronteras. Su actuación por partida doble en el Womad de ayer, donde también impartió un taller para adultos, demuestra la pujanza de los sonidos árabes a los que ha incorporado el violín, el sonido del cajón o la guitarra flamenca.