Es la ‘malamadre jefa’, fundadora de este club que nació como un blog personal para desahogarse de su sentimiento de frustración por no ser la madre que creía que podía llegar a ser. Creativa publicitaria, en cuestión de tres años se ha convertido en la voz de miles de mujeres y traslada sus propuestas a las mesas de las mismísimas instituciones. Laura Baena, responsable nacional del Club de Malasmadres, mantiene una charla con el Periódico Extremadura.

--Dice en un artículo que la maternidad se resume en dos palabras: culpa y amor. ¡Cuánta verdad! ¡Y cuánta culpa en los tiempos que corren! Porque las mujeres, sobre todo si trabajan, no hacen las comidas perfectas cada día, ni tartas caseras de cumpleaños, y casi se les pasan las revisiones del pediatra... ¿Por qué sienten esa culpa? ¿Es acaso genética?

--Más que genética, es cultural. Venimos de una generación anterior de madres que en su mayoría renunciaron a su carrera profesional, o ni siquiera la tuvieron, por cuidar de sus hijos. No se lo planteaban, ni había dudas al respecto. De repente llegamos una nueva generación que hemos sido educadas en la igualdad, o eso creíamos. Nos enseñaron el mensaje de que llegaríamos a dónde quisiéramos, que seríamos lo que quisiéramos ser, y de repente te encuentras con que la maternidad es el verdadero techo de cristal y nadie te había hablado de ello, nadie te contó los problemas que suponía ser madre a nivel laboral, que ibas a sufrir desigualdades. No llegas a todo. Ves que no eres la madre perfecta que creías, nos imaginábamos con una sonrisa perfecta, con paciencia infinita, con dotes culinarias por ciencia infusa. Entonces de repente aparece la culpa por no llegar a ser esa profesional de antes, por no estar en casa, por no ser esa madre completa. Y nadie nos lo contó porque tampoco era el problema de esa generación anterior. En definitiva, todo un proceso difícil hasta que te das cuenta de que el diploma de buena madre no te lo dan por bordar una mantita o hacer la tarta de cumpleaños, que lo importante es ser feliz para que tus hijos lo sean.

--¿Entonces la culpa se cura?

--Bueno, en realidad la culpa siempre sigue contigo, pero se lleva mejor. De ahí los binomios culpa y amor, frustración y felicidad, sentimientos encontrados en la maternidad que la mujer experimenta todo el tiempo. Pero es cierto que gracias al Club de Malasmadres podemos empatizar con un montón de gente y te das cuenta de que no estás solas, que no eres un caso único, que eso lo sienten otras muchas madres. Y la culpa no desaparece, pero se lleva con menos peso. En el club decidimos vivir la maternidad con libertad, fuera de prejuicios y de modelos estancos de tipos de crianza, porque no hay etiquetas, porque cada uno la vive de la mejor forma que puede. Espero que toda nuestra lucha por reivindicar un nuevo modelo social de maternidad, por romper ese mito de la madre perfecta, ayude a que nuestras hijas no sientan esa culpa.

- -¿Cómo nació esta idea?

--Cuando me quedé embarazada me di cuenta de que la maternidad era distinta de lo que había imaginado. Empecé un blog personal para contar mis experiencias personales y el ‘Diario de malamadre’, porque me di cuenta de que no era la mujer perfecta que se esperaba de mí, ni siquiera la que yo esperaba. Entré un poco en crisis, me planteaba que era una mala madre porque no seguía las normas no escritas de la maternidad y de esa sociedad patriarcal. La gente a través de internet se fue identificado. Hace poco más de tres años abrí las redes sociales de ‘Malasmadres’ como desahogo personal, como terapia. En poco tiempo comenzó a viralizarse porque contábamos las experiencias que nos suceden a todas, esa vida de locos, esos intentos fallidos de hacerlo perfectamente, esos chupetes que se caían y no habíamos esterilizado, esas grandes verdades que fuimos compartiendo. Al final se convirtió en lo que es hoy, una comunidad emocional 3.0 con un blog potente, con un equipo de colaboradoras que tratan todos los temas de interés no sólo como madres sino como mujeres, una comunidad que escucha.

--Dice que las ‘malasmadres’ no hacen croquetas ni disfraces a mano. Prefieren no fingir la maternidad idónea. ¿Son todavía minoritarias? ¿Van en aumento?

--Las ‘Malasmadres’ somos ya cientos de miles y muchas más que todavía no se atreven a salir del armario. Nos dan las gracias porque ya no se sienten como bichos raros al contar ciertos sentimientos, al destapar su maternidad. Ha sido una liberación. Hay mucha gente que no conoce nuestro proyecto ni lo que reivindicamos, pero cuando lo entienden, también se suman a nuestra lucha.

--¿Es la conciliación el chiste del siglo?

--Es el cuento chino que nos creímos, pero hay que luchar por ello de verdad. Una de las cosas que más me llena es la asociación ‘Yo no Renuncio’ que creamos el año pasado para este fin. Vamos a tratar de que la conciliación sea más real. El lunes presenté el proyecto en la Comunidad de Madrid y me dio mucha fuerza ver que este proyecto social, nacido de una coalición de mujeres de distintos pensamientos, colores e ideas, puede ser el altavoz de una generación. Ya hemos conseguido que se aprueben propuestas no de ley en Valencia, en Madrid... Estamos trabajando en un plan nacional de conciliación. Es un cuento chino pero estamos dando pasos y demostrando que es un problema social que necesita una solución urgente.

--¿Cuántas son en todo el país?

--El club tiene 40.000 asociadas y más de 500.000 seguidoras en las redes sociales.

--¿Hay ‘malospadres’ inscritos?

--Cuando los padres sufran los mismos problemas de las madres, necesitarán un club para desahogarse. Pero ojo, que ahora ya tenemos hombres que se consideran ‘malasmadres’, porque asumen los mismos problemas. Me gusta trascender el concepto ‘madre’, que puede ser una mujer o un hombre.

--¿Qué significa ‘malamadrear’?

--Es lo que vamos a hacer el 2 de julio en el evento del año que organizamos en Madrid. Pero en general es la necesidad de buscar tu momento. No se trata solo de tomarse un gin tonic con las amigas, sino de buscar ese tiempo para ti: leer, ver una exposición, quedarte mirando al infinito, ¡ducharte sola! Porque cuando eres madre se te olvida conciliar con tu tiempo personal, y las madres tienen que estar bien para compartir con sus hijos tiempo de calidad, para seguir siendo las mejores madres que podemos ser.