Antonio Hernández es viudo, pero se las ingenia cada año para seguir acogiendo a niños del desierto. Presidente de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui en Cáceres, hace un llamamiento a las familias, sobre todo ahora que la situación decae en los campamentos de Tindouf, donde cada vez llegan menos alimentos de Naciones Unidas. "Llevan 29 años sin salida, sin referendum. Es un largo problema que se olvida", lamenta.