José Luis y Noé se levantan por la mañana, van a trabajar, educan a sus hijos y viven en comunidad. Ellos son dos de los más de 2.000 gitanos que viven en nuestra ciudad. A pesar de que la mayoría lleva una vida de lo más normal, la directora territorial de la Fundación Secretariado Gitano en Extremadura, que lucha por la integración de este sector, Maite Suárez, cree que "desafortunadamente la discriminación continúa existiendo. Lo vemos, por ejemplo, en el empleo. Nos encontramos con empresas que no quieren dar la oportunidad de trabajar a un gitano".

La crisis afecta más a las minorías y a los sectores discriminados. Por eso, la organización centra sus acciones en la consecución de una mayor empleabilidad y de un mayor nivel formativo de los gitanos: "en educación estamos en una situación de desventaja, por eso la comunidad gitana debería apostar por la formación y avanzar en ella. Este es un camino que ya hemos emprendido, pero queda por recorrer", explica la responsable de la fundación.

En esta línea la fundación organiza en Cáceres actividades para evitar el absentismo escolar del sector y eliminar el analfabetismo. Programas como Red Conecta enseñan a los gitanos cómo usar un ordenador y cómo moverse en la era digital. O Plan Avanza, a través del que los mayores pueden sacarse el graduado escolar: "la comunidad gitana es un grupo heterogéneo, hay gente que tiene estudios y gente que no. Desde aquí luchamos para que todos tengan la oportunidad de estudiar", comenta Suárez.

Secretariado Gitano tiene sede en Cáceres, en Mérida, en Badajoz y en Don Benito. Y es que en Extremadura viven más de 15.000 gitanos españoles, de los que más de 2.000 son cacereños. Su situación social en Cáceres, y en general en la región, es muy diversa, se trata de un importante grupo humano en proceso de transformación: "la meta principal de la fundación es la promoción integral de la comunidad gitana. Intentamos fomentar que las políticas sean las adecuadas para solventar las carencias y las dificultades que aún tiene el sector. En este sentido también hacemos campañas de sensibilización para lograr una integración más completa", indicó Maite Suárez.

Acabar con los estereotipos impuestos por la sociedad es otro de los retos de la institución: "deberíamos romper con los prejuicios. Cuando un gitano hace algo mal no se puede generalizar", explicó Suárez. Por eso, la Secretariado Gitano apuesta por la educación en la integración no solo desde el punto de vista de la etnia gitana, sino trabajando codo con codo con el resto de la sociedad, para que los demás aprendan a respetar esta cultura.