Con la perspectiva que da la experiencia, Luis Casero ofrece hasta el próximo 10 de enero en el pub Cañadul --calle Doctor Fleming, 11-- una nueva demostración de su arte fotográfico. Acaba de estrenar las dos primeras carpetas de una serie de 15 dedicadas a los peces y las ventanas. Mientras tanto, sus fotografías han viajado hasta el Instituto Cervantes en Beirut.

--¿Qué incorpora de nuevo?

--Las carpetas están compuestas por tres originales fotográficos realizados en diapositiva y positivado en algodón ph neutro con una calidad museística.

--¿Es una técnica peculiar?

--Es una forma de hacer muchas, es más asequible y recaudas casi el mismo dinero que si vendes una sola foto, aunque son menos exclusivas.

--¿Esta serie de carpetas tendrá continuidad?

--Tengo ganas de hacer una serie de paisajes de Extremadura en blanco y negro.

--¿Por qué expone en un bar?

--El extremeño visita más los bares que las salas de exposiciones. Me apetece que lo vea la máxima gente posible.

--¿Qué pasa con los museos?

--La ciudadanía es muy difícil que vaya, aunque reconozco que hay buenas exposiciones. Habría que crear una base cultural, las nuevas generaciones la van teniendo. Los de 35 años para arriba, si no les invitan o son amigos del artista, no van.

--¿Cómo está su oficio?

--Hay un poco de desorientación por las técnicas. Parece que todo el mundo es fotógrafo con la cámara digital. La foto clásica siempre existirá, sobre todo en blanco y negro, para exposiciones y museos.