Casi cualquiera sabe cómo poner un ladrillo, otra cosa es saber hacerlo bien. Cuarenta cuadrillas de la construcción (con dos profesionales cada una) midieron ayer su destreza en el segundo concurso de albañilería de la Federación de Empresarios de la Construcción (Fecons), y una fue la más diestra: la que formaban Antonio Fernández Vivas y José Antonio Barroso Jiménez, de Malpartida de Plasencia.

Todos los participantes tuvieron que ejecutar una cúpula sobre pechina, lo que en lenguaje profano sería convertir "una habitación cuadrada en redonda", explicó el presidente del jurado Abelardo Martín. Algunas cualidades diferencian al buen albañil del simple peón de pala y pico: "El conocimiento del dibujo geométrico para poder interpretar y ejecutar un plano y, luego, la destreza de sus manos", apuntó Martín.

Las cuadrillas participantes se esmeraron por ofrecer esas cualidades ante el jurado. Con 300 ladrillos huecos, 4 sacos de yeso y agua se afanaron en poner en pie en cuatro horas el plano de la construcción.

La cuadrilla ganadora, que recibió un premio de 4.500 euros, obtuvo 72,40 puntos, dos más que el segundo puesto, que fue para Lucio y Raúl Jiménez García, de Riolobos. En tercer lugar se situó el equipo formado por Javier Sánchez y Vicente Martín, también de Malpartida de Plasencia. Además, José Pedro Rodríguez y Javier Fernández, también de Riolobos, recibieron el premio como mejor cuadrilla de menos de 25 años.