El mejor mago del mundo es cacereño. Jorge Luengo, con sólo 25 años y nacido en Cáceres, se ha proclamado campeón del mundo de magia en el campeonato acontecido en Pekín, China, la semana pasada. En este evento, que se celebra cada tres años, participaron más de 2.400 magos de 65 países diferentes. "Significa lo mismo que una medalla de oro en los Juegos Olímpicos, es el máximo reconocimiento a nivel mundial que puedes obtener", explicó Luengo en declaraciones a la agencia Efe.

Pero el símil no es del todo acertado puesto que en este campeonato de magia hay muchas menos categorías que en las de los Juegos, sólo seis, por lo que es más difícil destacar. En concreto, Jorge Luengo obtuvo el título mundial en la modalidad de invención, una de las más complicadas y prestigiosas, en opinión del jurado. "Es lograr sorprender a los mejores magos del mundo, que componen el jurado, con un número que nunca se ha visto, que lo has creado tú", describe el campeón.

Participar en este evento no está al alcance de cualquiera, es necesario contar con al menos un título mundial. En el caso de Luengo, fue campeón de Francia hace dos años y de España hace uno. Cuenta que lleva "desde los cuatro años practicando", y un título como este "es lo máximo a lo que puede aspirar como mago".

El número con el que consiguió este galardón consistía en que un espectador, elegido al azar, fuese capaz de leer la mente a otro espectador. Algo que, en opinión del ejecutor del truco, es "una cosa muy complicada, porque que un mago lo haga, dentro de la dificultad, no engendra tanta complicación como entre dos personas que no se conocen, ajenas a este mundo. Eso es magia", sentencia Luengo. El título ha conllevado un reconocimiento mundial que se ha visto reflejado en la multitud de ofertas que está recibiendo, "tanto en China, como en Las Vegas y otros enclaves típicos de la magia", relata el campeón.

El método

El ilusionista señala que él, en principio, había asegurado su participación en la modalidad de mentalismo, pero que una vez allí, y ante la imposibilidad de poder acumular dos premios, prefirió "arriegar en el de invención, y la cosa salió bien, porque logré entusiasmar al público y lo que es más importante, al jurado", relata Luengo.

De los 14 españoles que acudieron a la cita china, tan solo Luengo consiguió un galardón, a excepción de una mención de honor que recibió Tamariz por su existosa trayectoria.

Este cacereño, profesor de matemáticas y poseedor de tres ingenierías, reconoce que su vida "cambiará un poco". De momento el maestro del ilusionismo, David Copperfield, ya ha intentado ponerse en contacto con él, si bien lo que más valora es haber conseguido "entrar a formar parte un poco de la memoria de este arte que tiene muchos siglos de vida". Asegura que para mucha gente, "sobre todo para los empresarios de ltema, ahora eres alguien, un mago que es capaz de hacer cosas nuevas e innovar".