La concejala de Cultura y responsable de Cáceres 2016 convocó unas jornadas para preparar el acontecimiento. Invitó a 130 personas. Al comenzar la reunión, nos dice el periódico, había menos de la mitad. Tremendo. Porque además es necesario descontar la presencia de algunas personas que estaban allí por otros motivos, tales como cinco concejales al menos, y los asesores de la concejala.

Puesto que resulta increíble que no existan en Cáceres 130 personas interesadas en el proyecto, habrá que concluir que la lista de invitados se había hecho muy mal y por lo tanto es imprescindible cambiar los criterios con los que se hacen listas porque estos no conducen más que al fracaso.

Pero, además es necesario pensar en las causas que han llevado a los invitados a no acudir. En primer lugar será necesario preguntarse si se debe a que la concejala y el mismo ayuntamiento no han sabido motivar e ilusionar al personal. Porque hasta ahora no se ha hecho nada ilusionante. En segundo lugar debe analizarse si se debe a que muchos piensan que ella misma y el ayuntamiento tienen poco que aportar y no merece la pena escucharles, lo que supondría una escasa credibilidad. Razones no les faltarían pues, según ella, esto es el comienzo del proceso, ya que, aunque no se lo crean, aún no ha comenzado nada.

Y no es por falta de tiempo, porque, si no nos falla la memoria, el proyecto data de la campaña electoral del 2004. Dos años por ahora. La propia responsable reconoce que Córdoba nos lleva ventaja, entre otras cosas, porque ha comenzado antes. ¿Quién tiene la culpa de que hayamos comenzado después? Pero no solo es el tiempo la cuestión. Lo importante son la imaginación y el trabajo, que por aquí han sido escasos hasta ahora.