Habrá que esperar un año más para el récord. La lluvia y el frío de los últimos días y contrajeron la participación de la San Silvestre cacereña, que en su edición de 2009 se presentó en la línea de salida con 4.750 inscritos (3.100 adultos y 1.650 niños), 200 menos que en el año 2008 y 250 menos de los 5.000 que esperaba la organización este año para batir el récord de asistentes a la cita popular. Precisamente la lluvia y los granizos que cayeron minutos antes de que se iniciara la prueba (a las 18.00 horas) motivó que los organizadores se plantearan la posibilidad de suspender la carrera, que finalmente se inició a la hora prevista en la Gran Vía y transcurrió sin ningún incidente durante el recorrido de casi tres kilómetros, con meta en el quiosco de la música.

El ganador de este año fue Enrique Paredes, que cumplimentó la prueba en 8.18 segundos. En categoría femenina se impuso la atleta Remedios Márquez, que marcó un tiempo de 9.21 segundos. Quini Carrasco fue el primer ganador en la nueva categoría para discapacitados que se iniciaba esta edición. Culminó la prueba con un tiempo próximo a los 10 minutos.

"A pesar del mal tiempo y de que la participación ha sido algo inferior por ello, se ha mantenido el ambiente festivo de siempre", señaló ayer a este diario Raimundo Medina, presidente de la Asociación de Vecinos Hispanoamérica, organizadora de la prueba. Durante la carrera pudieron verse todo tipo de disfraces y pelucas, además de aficionados corriendo junto a sus mascotas o familias con niños pequeños.

Tras la prueba se sortearon más de medio centenar de premios, entre ellos una moto, ocho televisiones y una docena de bicicletas y minicadenas .