La conocida como enfermedad de ´las vacas locas´ no solo supuso cierta alteración en el consumo de carne de ganado vacuno en el hombre, también lo hizo en el de las aves carroñeras. Una nueva normativa obligó a retirar todos las cabezas de ganado muerto de las fincas para su incineración. Esto trastocó los hábitos alimenticios de estas aves necrófagas que no hallaban en el campo su sustento cotidiano. Además de los ataques a animales, es frecuente ver colonias de estas aves en el basurero de la capital cacereña para alimentarse con lo que pillan.[,09]