EDAD 30 AÑOS

NACIMIENTO CACERES

TRAYECTORIA TOMO LA ALTERNATIVA EN CACERES CON ESPARTACO Y MORA. HA TOREADO EN UN CENTENAR DE CORRIDAS

Tarde soleada en Losar de la Vera. Los chiqueros de la plaza de la ganadería Juanela, propiedad de Juan José Fabián Correas, encierran dos toros de Gonzalo Domeq que van a ser tentados para comprobar su embestida y elegir el semental de los próximos años. Dirige el tentadero el torero cacereño Manolo Bejarano, auxiliado por dos novilleros expectantes.

--Dicen que está disgustado porque no forma parte del cartel de San Fernando después de 7 años ininterrumpidos... ¿Qué ha ocurrido?

--Yo también me lo pregunto, máxime teniendo en cuenta que en San Jorge toreé en Cáceres y corté dos orejas a un toro de Guadalés en una corrida buena, con Jesulín y Rivera Ordóñez. Salí a hombros, pero no he visto correspondido mi esfuerzo. No estoy en la feria cacereña, a la que tengo mucho apego, y además siempre me ha servido de promoción en otras ciudades. Me siento muy contrariado, triste.

--¿Podrá verle la afición en otras plazas extremeñas?

--En principio tampoco voy a ir a ninguna: son ferias que ya están muy rematadas. No obstante, el otro día estuve hablando con Plasencia y podría entrar como sustituto en un cartel. Tampoco lo deseo, porque eso significaría que un compañero ha sufrido un percance.

--¿Qué ocurre con la comunidad extremeña y la promoción de sus propios toreros?

--Es muy duro. Hacen los carteles muy rematados, con mucha antelación, y no resulta fácil torear en este tipo de corridas. Otra explicación no sé dar, pero si en tu propia tierra no te abren las puertas de las plazas, difícilmente te van a llamar fuera. Aun así hay empresas que te escuchan y te dan sus corridas, lo que es de agradecer. Por eso, cuando te llega el triunfo ves todas las dificultades que hay que vencer en esta profesión tan grande, tan bonita. Es la mejor recompensa a tu lucha.

--Y fuera de la región, ¿cómo se le presenta la temporada?

--Con mucha ilusión. Tengo varias corridas en perspectiva y aún debo esperar a que avance el año, a que llegue el mayor número de festejos. Lo que más me come la cabeza es Madrid, donde casi seguro torearé este año, en cuanto termine San Isidro. Llevo dos veranos sin ir a Las Ventas y espero hacer el paseíllo lo antes posible. Un triunfo allí supone el pasaporte a otras plazas. Esta es una profesión de constancia: hay que estar siempre a punto para cuando llega el momento.