El pasado sábado fue un día muy especial para José Luis Franco, Franquete, y su mujer, Carmen Susana Núñez, la Virgen de la Montaña lució por primera vez en el Novenario, en la Concatedral de Santa María, el manto que ellos le regalaron. De terciopelo verde, con estrellas bordadas en oro, puntillas y flecos del mismo material, fue una donación que hizo la pareja cuando aún eran novios, «lo pagué con el primer dinero que gané en la Cope», rememora Franquete, artista y funcionario jubilado.

El día de su boda en el santuario de la Montaña, hace ahora treinta y cinco años, la virgen lució ese manto. Y así lo ha seguido haciendo durante estas tres décadas y media al menos, afirma Franquete, una vez al año, «aunque hay años que no toca, la verdad, como tiene tantos», explica. Sin embargo, la pareja nunca lo había visto en la concatedral, por eso el sábado fue un día emotivo, «le tenemos mucha devoción a la Virgen de la Montaña», confirma Franquete. La pareja le encargó el manto a las Religiosas Esclavas del Santísimo y la Inmaculada, quienes eligieron el verde, «porque es el color de la esperanza que teníamos por delante y las estrellas, por el cielo», detalla. Franquete reconoce que cada homenaje que le hacen se lo dedica a la patrona de su ciudad, en la que ha desempeñado diversos honores, como ser pregonero de la Semana Santa gracias a Luis Jiménez, cuando era presidente de la Unión de Cofradías. ¿Qué le queda pues a Franquete? «Algún día me haría ilusión ser pregonero de la Virgen de la Montaña», confiesa.