Aunque hayan superado la barrera de los 100 años sus abrazos tienen la fuerza de los jóvenes. Manuel Domínguez y Mercedes Duque pueden presumir de formar parte del club de los 28 abuelos centenarios de la capital cacereña. Unos auténticos héroes que durante este mes recibirán el reconocimiento ciudadano y podrán participar en los actos del Mes de Mayor. Teatro, una jornada de convivencia, un homenaje a los matrimonios que llevan más tiempo casados y un pleno donde serán protagonistas forman parte del programa presentado ayer la concejala de Asuntos Sociales, Marisa Caldera.

Camino de los 104 años que cumplirá el próximo 31 de diciembre, Manuel Domínguez tiene su hogar en la residencia Asistida. Su mejor amigo se llama Juan. No paran de bromear y, sobre todo, de hablar de cualquier cosa. Agricultor y ganadero, el abuelo centenario vivió en Santa Cruz de Paniagua, muy cerca de Montehermoso, donde tuvo seis hijos. Ha visto nacer ya a 15 nietos y 24 biznietos, cuenta su hija Josefa. "Como de todo, pero sobre todo me gustan los tomates", contaba ayer. Todavía recuerda cómo entró en la Gran Vía cuando hizo la mili subido en un carro con dos mulas. "Por entonces solo había Seiscientos por la calle", añade.

Con su inseparable gorra, a Manuel le sigue gustando la vida, aunque reconoce que a su edad la muerte también puede ser pronto compañera de camino. Si se trata de hablar con Juan, tiene carrete para rato.

Mujer de torero

A Mercedes Duque le cuesta escuchar, pero hace esfuerzos para hacerse entender. Acude a la residencia Care, en Pinilla, donde también ha hecho buenas migas con María, su mejor compañera diaria. Vivió en Arroyomolinos de Montánchez, se casó con el torero Francisco Macías, El Nevero , con quien tuvo cinco hijos. Está feliz por poder abrazar todavía a sus seis nietos y seis biznietos. Su hija Soledad siempre está pendiente de que no falte de nada.

"Lo más bonito es vivir", reconoce la anciana, que ha cumplido en mayo 101 años. De entre el sinfín de anécdotas que recuerda se le han quedado grabados los tiempos en los que tenía que esconderse de los carabineros para hacer aguardiente casero "con el alambique". Da las gracias al periodista al despedirse y espera que la vida le siga regalando más mañanas con María. Porque, igual que Manuel, hay que ser un héroe para llegar a los 100 y demostrar que hay muchas razones para seguir vivo.