Manuel Sánchez lleva varios días durmiendo a la intemperie en el banco donde su mujer, Yolanda M. L., murió de frío el pasado lunes. "Ella tenía nuestra casa, pero se sentía sola y durmió fuera. Yo no podía estar esa madrugada con ella, le fallé, y ahora sólo me siento a gusto aquí", sollozaba anoche junto a otros compañeros que pasan días y días en el parque de Calvo Sotelo. Sin embargo, ayer decidió hacer un gesto distinto por Yolanda y se sumó a la manifestación organizada por Cáritas en la víspera del Día de los Sintecho.

Pese a la cantidad de ciudadanos que transitaban por el centro de Cáceres a las ocho de la tarde, tan sólo unas treinta personas se sumaron a la concentración, la mayoría voluntarios de Cáritas. También acudió Alfredo, un joven que ha pasado nueve años en la calle y que ahora tiene un hogar al lado de Bea. Ella le acogió en su casa después de una vida difícil, ligada en ocasiones a la prostitución. "Nos sentimos muy bien juntos", confesó la mujer antes de la marcha.

Datos en frío

"Esta es la segunda manifestación que organizamos para sensibilizar a los ciudadanos y hacernos responsables a todos de lo que está ocurriendo en la sociedad", explicaron las voluntarias de Cáritas, que hoy instalarán una mesa en el parque de Calvo Sotelo para informar de una campaña que apela a la solidaridad de todos y que pone en evidencia datos escalofriantes: unas 27.000 personas están en la calle o sin casa en la geografía española. Cáritas ha atendido desde abril a 224 sintecho en la capital cacereña y ha ofrecido 990 alojamientos en esta misma ciudad.

La manifestación comenzó en la calle San Antón y continuó hacia San Juan, plaza Mayor, Moret, Pintores y Cánovas, donde se leyó un manifiesto para concluir la marcha: "No están en la calle porque quieren, ni tienen culpa, ni han elegido esa situación. Un 45% de los sintecho son inmigrantes, un 24% mujeres y un 23% jóvenes", transmitieron dos manifestantes, que reivindicaron más plazas en alojamientos para estas personas, y en general mayores ayudas.