«Se ha iniciado un movimiento vecinal contra el alcalde, que ha puesto el precio de los nichos del cementerio a 800 euros», así de contudente habla César Martín, residente de Marchagaz, sobre el aumento de los precios que se van a imponer en el camposanto de la localidad. La situación ha llegado a tal punto que ha dado pie a que en los últimos meses el afectado haya hecho un estudio de cuánto cuestan las tumbas en la comarca: En Palomero (300 euros), Mohedas de Gata (150 euros), Granja ( 300 euros), Ahigal 480 euros), Santibáñez (390) y Casas del Monte (400).

Las diferencias de coste se aprecian incluso si la comparativa se realiza con Cáceres, donde el valor de una fosa con 5 años de concesión se puede obtener desde 130 euros, mientras que con una licencia de 30 años a partir de 740 euros. En Marchagaz, con solo 200 habitantes, para la sepultura hay que desembolsar 800 euros, aunque, eso sí, la adjudicación de la propiedad es indefinida.

El alcalde de Marchagaz, Antonio Sánchez, explica sin embargo, el por qué de su decisión: «Hemos pedido precio a varias empresas para la cimentación de las nuevas tumbas y el presupuesto no baja de los 700 euros, además a esta cifra tenemos que añadirle el pago de los terrenos». «Hace nueve años que no se agrandaban las infraestructuras del camposanto, con la nueva normativa las fosas tienen que ser de dos pies y de materiales prefabricados. Me gustaría que el gasto fuera más barato, pero desde el ayuntamiento no podemos hacer otra cosa», aclara el regidor.

Asimismo, la falta de nichos obliga a la ampliación urgente de las instalaciones para albergar a nuevos difuntos y responder, de este modo, a las necesidades y demandas municipales. Desde la alcaldía se pretenden edificar 18 o 19 nichos.

Pero en el pueblo no cesa la polémica: «Llevo diez años luchando para que pongan los panteones que no tenemos con los diferentes ediles. Y la realidad es que a día de hoy seguimos sin tener ninguno», destaca el vecino afectado. «Al comienzo del verano hablé con el teniente alcalde, despúes de haberlo hecho en el mes de enero, y me dijo que las tumbas van a costar 800 euros y al año que viene las cobraremos a 1000 euros». añadió César Martín. «A raíz de esto decidí publicar un papel con las diferentes cuantías de los nichos de las localidades cercanas en el bar y en los principales comercios del pueblo. Se formó un tremendo revuelo cuando la gente lo vio», especificó el damnificado.

El alcalde no duda en responder: «Hay algunos vecinos que protestan y otros que no, pero eso no me preocupa lo digo claramente», comentó Sánchez. Según los residentes esta cifra es desmesurada y con un fin meramente recaudatorio, ya que antiguamente se estaba pagando por los mismo nichos precios más asequibles. De este modo, los ciudadanos llevan tiempo revindicando que el camposanto se ha quedado sin espacio para más sepulturas. «Ya no hay más espacio en el cementerio municipal. En el caso de que hubiera un fallecimiento habría que expropiar nichos actuales», cuenta Martín.

La muerte es un negocio, pasar a mejor vida es caro. Tanto que la media de un entierro en Extremadura es de 3.500 euros. Aunque los límites lo pone el cliente.