Los hermanos Francisco y Carlos Marcos, los propietarios de Aldana, insistieron también ayer en que no son los responsables de las denuncias a otros locales que celebran conciertos, como El Corral de las Cigüeñas o Lacuerda, a pesar de la confirmación de la policía local, y aseguraron que esas acusaciones son "una cortina de humo" para no solucionar el problema de los café concierto en Cáceres.

"No nos pueden culpabilizar de todo, porque hemos sido cabeza de turco de los conciertos", dijo Carlos Marcos. Su hermano Francisco explicó además que a ellos también les llueven las denuncias y, de hecho, ayer mostraron sendas actas de denuncias que levantó la policía local el 1 y 2 de junio por conciertos. "Confiamos en que este Gobierno municipal se desmarque del anterior regularizando la situación", concluyó Carlos Marcos.

El Barrocco, en la plaza de Albatros, ha sido la última víctima de esta ola de denuncias. La policía local se personó en el local el jueves durante uno de los conciertos del Pop Art. A pesar de ello, su propietario, David Vivas, mantuvo su apoyo al festival y ayer volvió acoger actuaciones, sin que al cierre de esta edición se conociera si se le denunció. "Nos hemos comprometido y no les podemos dejar en la estacada", afirmó Vivas. Este insistió en que es urgente una solución a este asunto y expresó su confianza en Heras. Sí matizó que entre los hosteleros "no hay ninguna guerra".