Cáceres, 27-9-1976. Un tipo polifacético al que el cariño por su ciudad no le impide censurar su funcionamiento.

--¿Le gusta Cáceres?

--Sí, es mi ciudad, donde nací, crecí. Me parece una ciudad extraordinaria, para vivir.

--¿Y los cacereños?

--Los mejores del mundo. Soy cacereño a mucha honra.

--¿Qué mejoraría fundamentalmente de la ciudad?

--La mentalidad de la gente y de los políticos. Tras siete años en Madrid, uno se da cuenta que nos falta la mentalidad suficiente para ser una ciudad para vivir y trabajar, no solo para vivir. Lo único que hemos conseguido es hacer una ciudad del sector servicios: todos los negocios son para dar servicio a los funcionarios y a los turistas, no tenemos ninguna industria que nos permita que la gente joven tenga aspiración de trabajar. No se ha ayudado a la gente nunca que ha querido invertir. Hay muchos ejemplos: los terrenos del matadero, Decathlon, El Corte Inglés... Ha habido y habrá muchas iniciativas para hacer cosas en Cáceres, pero unos y otros no han podido o no han querido.

--Arbitro, portero de pub, empresario de frutas... Es usted un hombre polifacético...

--Y faltan algunas cosas más... Frutas Cáceres es un proyecto bonito, llevamos un año funcionando y la verdad es que no nos podemos quejar. Nuestros clientes están contentos y eso es lo importante, pero como todo en esta vida hay que hacer en cada momento lo que puedas. Por ejemplo, cuando me fui a Madrid empecé a trabajar en una gestoría hipotecaría a nivel nacional, donde a base de trabajo, esfuerzo y sacrificio conseguí llegar a ser director de la delegación de Madrid. Aquí y ahora este es el proyecto que podía y quería hacer, y con la ayuda de mi mujer y mi familia saldrá adelante.

--Por cierto, ¿cuál es la fruta favorita de la ciudad?

--Va por temporadas. Se consume mucha cereza, fresas, sandías, melones, tomates, naranjas, mandarinas...

--¿De acuerdo con que la movida nocturna ya no es lo que era?

--Ni mucho menos. Yo de vez en cuando algo alguna escapada y no tiene nada que ver. Hablo con los amigos que se dedican todavía a ello y me lo confirman, pero no es solo por la movida, sino por la gente. Antes éramos más sanos, bebíamos y esas cosas, pero no llegamos a las tonterías que se hacen ahora.