Sea con rezos, sea cruzando los dedos, lo cierto es que los incondicionales de la fiesta de los Santos Mártires, deberán mirar al cielo para que el próximo domingo no llueva. La festividad, que el año pasado reunió a 15.000 personas, espera volver a batir récord de asistencia este año pese al desánimo de la mayordoma de la cofradía, Juanita Franco, quien nada más comenzar su intervención de ayer durante la presentación de los actos aseguró en presencia de la alcaldesa, Carmen Heras, y la concejala de Festejos, María José Casado: "Vengo disgustada con el tiempo".

La directiva prepara este año 5.000 roscas, número que puede reducirse a 2.000 si llueve. Además, habrá tortas de Arroyo, 100 kilos de patatera también arroyana y pinchos (tortilla, queso del Casar y un largo etcétera) que servidos con un chato de vino costarán 1 euro. Al mismo precio se venderán las tiras para optar a la rifa de la gargantilla (de plata bañada en oro), otra costumbre muy arraigada. La recaudación va para ACISJF y la Cruz Blanca.

Los actos comenzarán a las once de la mañana y a las 12.15 se inicia la misa cantada por Alborada. Está previsto que se celebre en la explanada de la ermita, que como cada año ha sido adecentada por el ayuntamiento --que ayuda económicamente--. El Redoble ofrecerá una actuación. La cofradía hace un llamamiento a las barriadas próximas al Paseo Alto para que aporten platos a la mesa de ofrendas llamando a los números de teléfono 927/241779, 927/222440 y 927/222099.

La fiesta de los Santos Mártires, en honor a san Fabián y san Sebastián, responde a una tradición inmemorial. En 1852 se derribó la antigua ermita que existía cerca de las escuelas del Perejil y en 1856 se levantó una nueva en el Paseo Alto. En su interior existía una imagen de san Sebastián que se trajo expresamente de Santo Domingo y que acabó desapareciendo. La comisión actual, de la mano de Juanita Franco, logró recuperar la tradición en la década de los 80, hace exactamente 27 años.