La fiesta de la bicicleta fue ayer, más que nunca, eso, una fiesta. La elevada participación y la climatología se conjugaron para hacer del recorrido, de casi 11 kilómetros, la mejor muestra de la cantidad de aficionados a las dos ruedas (sin motor) en la ciudad, aunque algunos necesitaran contar con alguna más para mantener el equilibrio y otros ni precisaran esforzarse, sentados cómodamente en el sillón supletorio o el carrito detrás de papá. Con todos ellos, más de 5.100 personas (4.810 inscritos) completaron ayer el recorrido en familia, con los amigos, solos, disfrazados o perfectamente equipados, con los últimos diseños de bicis o los diseños propios de otra época y, cómo no, aprovechando para lucir las equipaciones de la roja , el Barça o el Atlético. "Ha sido el año que más gente ha participado", destacaba al término Ignacio Soler, Pope , que no pudo cumplir --por una reciente operación-- con su deseo de pasear a la alcaldesa, Carmen Heras, que este año dio la salida, en tándem.

El recorrido de la XXXII edición de la Fiesta de la Bicicleta se inició a las 11.00 horas en la calle Doctor Marañón, sede de EL PERIODICO EXTREMADURA, --que patrocina este evento junto a Caja Extremadura, Pelayo´s Sport y Deportes Ruiz-- para enfilar por la avenida de España y terminar en la calle Londres, junto al centro comercial Ruta de la Plata, en torno a las 12.30 horas.

Ahí comenzó el tradicional sorteo de premios --esta vez con 68 regalos, de ellos 28 bicicletas-- ante la impaciencia quienes confiaban en lograr alguno. No todos lo consiguieron, aunque sí los que se atrevieron a lucir las bicicletas y los trajes más originales. Enrique y Manuel Floriano, vestidos de Sportacus y David Martín con una bici lila tuneada fueron dos de los premiados. Habrá que probar suerte en 2011.