Las zonas rurales concentran el 55% de los cortes de luz, según los datos manejados por Iberdrola. Las urbanas aglutinan sólo el 20% (Badajoz, Mérida, Cáceres y Plasencia), mientras el 25% restante se producen en áreas semiurbanas (municipios con entre 2.000 y 20.000 puntos de suministro).

La razón de que la calidad del servicio sea peor en el medio rural se explica porque aún no ha podido extenderse a estos puntos geográficos sistemas de telemando para poder redirreccionar el flujo eléctrico cuando una línea queda cortada, por ejemplo, a causa de una cigüeña.